sábado, 26 de diciembre de 2015

ENTRE MIELES Y JOLGORIOS SE NOS MARCHA EL MES


     Entre mieles se nos marcha diciembre: las que insólitas, a raudales, desparrama la atmósfera, a la que no altera ni siquiera un viento que pretende ser fiero y no lo es más que en su soplido altanero, y las que en sus postreros días, enredadas vienen en la añeja simbología de sus fiestas más señeras y últimas. No sabemos si bueno es para los que nos quedamos, que agonice el mes entre tanto jolgorio, cantos y forzosa abundancia, porque así lo pide la tradición, tornando cantos que deberían tener su poquito de tristeza, porque al fin y al cabo fenece el año, y es uno menos de los que nos tocará vivir; uno más o uno menos, según se mire y según el vaivén de nuestro sufrido ánimo.
      Lo que más ilusiona, que uno nuevo nos espera ya engalanado y listo para irrumpir, y, siempre, hasta que el azar de cada hora lo transforme en vulgar o no, es una promesa en ciernes; que esta fuente de venturas y no de desalientos se torne es lo que, con el corazón en la mano, por doquier deseamos.

martes, 22 de diciembre de 2015

¿PERO DE VERDAD HA LLEGADO EL PATER INVIERNO?


     Entre solsticios anunciados, soles donde le mandan, que es más lejos de nuestro planeta que nunca, trópicos e hemisferios en danza, días que emprenden el vuelo en pos de una mayor largueza y claridades, nadie lo diría, ha llegado el invierno; el del calendario, desde luego, que a una fecha, sea cual sea lo que de los cielos se desparrama, ha de atenerse, porque lo que es a la atmósfera que nos cerca, más bien diríamos que nos hallamos en el esplendor edénico de una insólita primavera, con almendros floreciendo unos meses antes de lo que le toca; flores, que desafían en los jardines a abandonar sus pétalos, encendidos trinos de pájaros y árboles, que vista la placidez del tiempo, se hacen los desentendidos en lo que por la estación les toca, que es a mostrarse, a la gran mayoría de ellos, en absoluta desnudez. Lo bueno con este escenario es que, algo difícil en otras ocasiones, podemos dar la razón a todo el mundo: tanto a los que afirman que el invierno ha llegado, como a los que se niegan a admitirlo.

lunes, 21 de diciembre de 2015

MANDA EL SILENCIO DE SIGLOS


      Es la nuestra, una ciudad de aquellas en las que,  como enseña de inviolable serenidad, ondea constante el silencio. Ni siquiera, aunque bien podría, cabría decir que medra insistente un palpable contraste entre silencio y ruidos, ya que estos últimos no son sino un rumor apagado, como un aguijoneo de menudas voces y amortiguados sones cubriendo las huidizas horas y el rumbo incierto de las vagas pisadas que la hienden.
      Pero para hablar de silencios de siglos, de leyenda, profundos y perpetuos, de los que te envuelven y apresan haciéndote su esclavo, como inocuos fuegos a los que le faltara las llamas y el crepitar, de traspasar se ha las aledañas puertas que, muy a lo llano, con balcones o muros bajos de añosa y horadada piedra, señalan las fronteras entre lo que es del hombre y lo que es de la naturaleza: el vacío y el valle son pertenencias de estas,  y no es un valle vacío, porque si no de voces ni de clamores, sí que de multitud de matices, de ocres, grises, pardos, verdosos que nacen y mueren; y de huertos y bosquecillos de olivos y de pequeños campos de vides, como plácidas pinceladas, se llena, próvido, en cualquier instante. Es un silencio que no sólo no apesadumbra, sino que te acompaña y que ni respirar quisiera uno para no alterarlo. Un silencio, al que impone, para que no escape ni se disuelva, un cerrojo más, el ondulado azul turquesa de las desnudas montañas serranas.

         

viernes, 18 de diciembre de 2015

POR DOQUIER PREGUNTÉ


    Al hosco viento del norte, de sutil hoja, pregunté por su morada, de dónde llegaba; si su casa se alzaba al amparo de campos bardados, junto a bosques impasibles, que huían de hirientes luces, ajena a la mirada y a la voracidad de otros seres, junto a la cálida compañía de otros vientos; si auriga era de algún amo, y si este, cada madrugada con el sol todavía madurando en su alcázar de fuego, le daba las órdenes precisas de los suelos a recorrer, dónde soplar y qué ciudades con más bravura azotar.
      No me contestó.

      A la mansa y apocada brisa del sur, la de dulces pregones, pregunté por sus orígenes; si es que nacía de la interminable placidez de noches con luna llena y bandadas de estrellas amasando sin prisas el silencio magnánimo del universo infinito; o bien si a lomos de ondas maternales, en piélagos de sostenida galanura, no quebrados por naves de desconocidas razas, ni por soterradas corrientes que empañaran la cristalina quietud de sus aguas serenas.
      No me contestó.

      Al cantarino arroyo, que en baladas de tiernos torrentes, en apresurado paso, por un excavado sendero de honduras y riberas de espesas frondas, enfilaba su ancestral ruta hacia un destino que siempre era inamovible por ser el suyo, pregunté si alguna vez en tantos miles de años, en tantas centurias de centurias, en tantas fracciones de millones de partículas de tiempo, alguna vez, en algún privilegiado momento dispuso de una mínima ocasión de trocar su sino, de verter su límpida corriente  en otros que mares que no fuera el de siempre fijado.
       No me contestó.

       A la rosa, venero de sedas, carmines y fulgores de fiesta, que atraía fogosas miradas y mercaba poesía para un reino florido de fugitivo paso y trovadores; que lucía en altares sagrados, en virginales coronas de esponsales, en desfiles de victorias y en imperiales estancias, pregunté si valía la pena ser todo para, al instante siguiente, no ser nada; si ser monarca por unas horas para, a poco, sin trono ni aduladores súbditos, ahogada de marchitos pétalos, ni el recuerdo de su esplendor quedara.
       No me contestó.

       Al andrajoso eremita, en la silente fragosidad de riscos y desnudas peñas donde se refugiaba, apartado de todos, en un momento en que hacía un alto en sus reflexiones, pregunté si necesario era que hubiera lágrimas para que la risa aflorara, si enfermar para sanar, si dormir para despertar, si sufrir desengaños para creer, si nacer para morir.
         No me contestó, pero con la vista me señaló su cueva.

     

jueves, 17 de diciembre de 2015

DENTELLADAS DEL TIEMPO



      Estas dentelladas del otoño, ya  casi en predios del invierno, con primaveral atmósfera, en no poco trastorna la tradicional esencia de estos días, porque es curioso aplicado al tiempo que, el de por sí malo, el de fuertes lluvias y frío glacial, no siempre es triste, sobre todo cuando acaece en la época en que le corresponde, no muy alejado de estas fechas en que estamos; por el contrario la placidez en que que se han envuelto de presente las horas, engalanadas con brisas y dulzores de otras latitudes, empapa las calles, ya con escasos visitantes, y también a las personas, más calladas y bullangueras que de costumbre, y aunque suenan a toda voz, hasta molestar su volumen, canciones navideñas que quieren ser alegres y no lo son demasiado, de una extraña melancolía se viste todo, de algo que echamos de menos, que no sabemos si es el sentir general, o cosa del amodorrado ánimo de uno.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

DE LO QUE CREEMOS SABER


      Si de lo que creemos mucho saber, nada en realidad sabemos, ¿qué se podría, Zaide, decir de aquellas cosas de las que aseguramos ignorarlo todo? No renunciar, deberíamos, a saberes que sudores y horas innumerables costaron adquirir; pero a menos que con insistencia nos lo soliciten como necesaria ayuda, de guardarlos habremos para nosotros. Bien harás en no alardear sin motivo, dándote aires de consumado sabio, de tus conocimientos, porque más de una vez, cerca de tí, habrá quien sepa más que tú y con considerado obrar, el que a tí te falta, callado esté.

sábado, 12 de diciembre de 2015

JUVENTUD, GALANURA, PÉTREA ETERNIDAD


      No cede ni un ápice en su serenidad el buen tiempo, y sus efluvios dejan en nuestra retinas escenas que no siempre son posibles admirar. El paternal espacio del Tajo, un edén de sorpresas y florituras, y el primero en ofrecer a cada instante delicados manjares a nuestro espíritu, de manos de ese hábil sastre que es el otoño, cambiado ha de vestiduras. Y aunque todas y en todas las estaciones le sientan a las mil maravillas, de estimar y loar son las presentes. Algún extranjero dijo, estableciendo comparaciones, que en el vértigo de las alturas y hondones alpinos, todo era un caos de piedras y rocas sin sentido, pero que aquí, en la redondez de nuestro rondeño abismo, las peñas, cada roca, cada mole, cada canto, se ajustaba a las doradas paredes de su entorno y aun las esparcidas por el fondo, siguiendo un orden en el que solo reinaba la perfección y el equilibrio más estudiado, magna obra de arte de la naturaleza.
           De ese orden, en esa perfección, sin trastocarla ni una migaja, entre fisuras, cavernas, paredes y curso callado del río, penden ahora coronas de fronda, de gualda acento unas, de proclive verde otras; coloreadas y luengas barbas que son un primor de contemplar y que en cierto modo vienen a contar, calladamente, la ancianidad mil veces milenarias de una senectud que en él, en el angosto y 

  

vasto Tajo, no es más que juventud, galanura y pétrea eternidad, porque ahí seguirá con sus honduras y quebrados meandros cuando los demás no estemos. 

viernes, 11 de diciembre de 2015

CUMPLIMOS


        Cumplir es una palabra, muy andaluza,  casi una religión si se atiene uno a lo que obliga: a cumplir con la familia, con los amigos, con los vecinos, en las enfermedades, en las celebraciones, con los muertos en sus funerales y con los vivos en miles de ataduras que, llevadas con excesivo celo, a veces, hasta puede molestar con los que se cumple. Un engranaje complicado esto de los cumplimientos, porque a veces no todos cumplen, a pesar de todos los cumplimientos que uno haya llevado a cabo.  De todo este ritual al que moralmente nos somete el término, creemos que, con todo, lo mas arduo sería cumplir con uno mismo, empresa embarazosa porque embarazoso es decir: "hice lo que debía". 
             Cumplimos ayer con nosotros, como nos correspondía, también con desinteresado celo, que todo hay que decirlo: Pilar, Pedro y este escribano, con lo que pensamos debíamos a nuestro ínclito paisano Francisco Giner, en un acto emotivo, íntimo, celebrado en el Museo Peinado. Y aunque siempre cuesta cumplir, ayer lo fue menos.

jueves, 10 de diciembre de 2015

LO QUE CREEMOS CONOCER Y NI UN ÁPICE CONOCEMOS


      Con las haldas repletas de cielos grises y parsimoniosos, vientos curioseando, y días que son tan fugitivos como pasos de niños que echan a andar, rueda que rueda el mes hacia su cita con el hosco y poderosos invierno. Nadie, desde luego, lo diría: no cortan las manos afilados fríos; ni blanquean las heladas los amaneceres sin techo; ni tiritan los astros con tremores que a nosotros llegan; ni azotan turbiones furiosos la tranquilidad enquistada de horas que, enrabietadas, solo de pregonar habían que las irisadas calmas otoñales ya huyeron a todo correr y que la más cruel de las estaciones por doquier rondaba. En nada ni en nadie mandamos, y, menos, ¡pobres e ilusas criaturas!, en lo que creemos conocer y ni un ápice conocemos.


miércoles, 9 de diciembre de 2015

DE SUEÑOS ROTOS


      De sueños rotos, de proyectos e ideas que siendo buenos naufragaron en los mares del desaliento, en la pura nada; de ilusiones que,  apenas nacidas, aventaron pronto ríos de desventuras nuestras humanas vidas, Zaide, colmadas están. De muy poco, salvo de escarbar en la abierta herida de unos fracasos que fueron y ya no son, te servirá obcecarte en ellos, pues si pudieron ser  ya nunca serán, enterrados y muertos están.
      Piensa que no pocas veces, sin embargo,  en la impresa huella dejada por el negro fracaso, como en un libro abierto, hallarás lecciones de provecho que fortalecerán tu ánimo y te ayudarán a dar con tu destino. No otra cosa busques, fuera de ese camino, de ese destino, que es el tuyo, en encontrarlo está tu paz y tranquilidad, porque andar tras el de los otros, solo a otros fiascos te conducirán

martes, 8 de diciembre de 2015

DE VIAJE



       Ingrata lectura del terrorismo actual, es la de además de meternos a todos, cuando viajamos, el miedo más cerval en el cuerpo, -un miedo real, pavoroso, porque el peligro de las acciones de unos sanguinarios sin principios de ningún tipo, bien a la vista está-, la de, quieras o no, obligarnos a aprender y a engrosar  nuestro habitual vocabulario con palabras extrañas,  de complicada pronunciación y escritura, ya que del más lejano oriente proceden, ¿quién sabía hace tan solo unos años que era "yihadista"?
         Como ahora, más en los viajes, para no perder el hilo de los tiempos, anda uno contando con detalles a la familia, o a los amigos, cómo y dónde se encuentra ("hemos llegado al aeropuerto",  "embarcando", "sentados en el avión",) malo será que una de estas veces, por amor de un suicida más, con su chaleco  explosivo anudado al pecho, hecho jirones todo bicho viviente, no nos dé tiempo a exclamar: "¡Para el otro mundo vamos!". 

martes, 1 de diciembre de 2015

REDOMADO PILLASTRE ES EL MES


     A burdo engaño juega el mes, redomado pillastre, que nunca actúa como lo que se espera de él. De entrada nos asegura que es el diez, y así se llama, cuando doce es su lugar en el calendario. Por su aparente severidad y fortaleza, a su cargo tiene tarea tan complicada como es cerrar la puerta a todo un año, con sus miles de pequeños y grandes acontecimientos, que ahí quedan para el recuerdo, para el bueno y para el malo, o para ninguno de ellos, porque también con tanto clausurar meses y  años, la memoria comienza a funcionar por su cuenta, cuando quiere y le da la real gana. Redomado mes me temo es diciembre, que quiere ser severo guardián y acaba metido en fiestas hasta los ojos, como si la vida fuera una continúa fiesta en la que a la fuerza has de participar, cuando de fiesta no tiene nada.  

lunes, 30 de noviembre de 2015

PIES EN POLVOROSA


     Pies en polvorosa pone hoy el mes, que fue pródigo en soles y avaro en verter aguas. Aquellos fríos de antaño, a veces, se combatían comprando castañas asadas, en los numerosos puestos de mínimo aparejo y utensilios que las ofrecían, con las que levantábamos  el ánimo de nuestras ateridas manos y estómago; otras, aguantándonos, que más acostumbrados que ahora estábamos a sufrir lo que nos viniera, pero todo eso es cosa del pasado.
       Que estas mudanzas actuales de la atmósfera, tan reales y drásticas, tengan un fondo catastrófico, es ya otra historia, de las de preocupar, ya que nos advierten los expertos que no son de fiar, aunque nosotros, tan ignorantes, agradezcamos esa templanza de la naturaleza. De cualquier forma, escrito está que el hombre, mayor depredador del planeta, desde hace años, tiene en mente destruir este, y mucho nos tememos que no valdrán cumbres de gobernantes y prebostes, entre otras cosas porque son ellos a los que les importa un bledo lo que a nuestro mundo pueda ocurrirle.

sábado, 28 de noviembre de 2015

SIMILITUDES CON SOL


      Un noviembre mortecino en cuanto a sus horas de vida, que no en cuanto a energías se refiere, se desmaya esta mañana sobre campos y montañas. El sol que en lo más tórrido del verano casi despelleja, acaricia ahora que ha pasado a mayor gloria el ambiente gélido de estos días. Hay una similitud muy de estimar entre meses y meses de otras estaciones. Diríamos, que este año, lo que noviembre está haciendo es enfundarse el papel que siempre asignamos al loco de febrerillo, porque muy parecidas y extremas son sus mudanzas. Pero por lo demás, algo que no tiene precio sería este sol, todavía de lo poco por lo que no hay que pagar al Estado, que nos calienta cuerpo y alma y calienta el horizonte más despejado y multicolor que nunca con sus glebas rojizas, calentando en sus entrañas el germen de las futuras cosechas, seguras si la bendición del agua de los cielos no se hace de esperar, que no todo ha de ser sol, dios terrenal, desde que el mundo es mundo.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

A ADECENTAR NUESTRAS CUEVAS NOS MANDA EL TIEMPO


      Por este tiempo, mes más, mes menos, debían andar nuestros primitivos ascendientes en el árbol de la evolución, los neardentales, recogiendo sus útiles de caza, con los que, al pie de frondosos árboles o en la ribera de los ríos, dormían, y sus cuatro pertenencias más, para dirigirse a adecentar sus cuevas, disputarse espacios vitales, dentro de ellas y disponerse a combatir la dureza del invierno que, a grandes zancadas, amenazaba en el horizonte, trocando dulces brisas marinas en montaraces ráfagas de penetrante viento.
       En esencia, en este aspecto, no mucho ha cambiado: son otros los modos de vida y ropajes, pero a resguardarnos en gran medida toca igualmente ahora; a sacar mantas, abrigos, braseros e ingenios de calor; a dedicarle más horas a nuestras moradas, algo abandonadas con el buen clima. En realidad, con otras leyes y más espacio, (tanto que a veces nos sobra gran parte de él) a meternos en nuestras particulares cuevas, una para cada familia, que en eso sí que, en general, hemos ganado.


lunes, 23 de noviembre de 2015

A VUELTA CON LAS HELADAS, ESTA OTOÑAL.


     A lomos de este frío glacial que desde hace unos horas descaradamente nos invade, ha llegado también la primera helada de un otoño que, de presente, es puro invierno. Se ha hecho visible, antes de que el sol calentara, fuera de la ciudad en campos con la yerba trastocando su verdor habitual en un blanco lechoso, y en las calles en los coches, inesperadamente vestidos de novia, sin altares ni invitados.
      Casi al mismo tiempo han huido de la ciudad o han dejado de visitarla un gran número de forasteros, y a no ser por los fieles orientales, como de la familia por nuestras calles, a los que no importa ningún tipo de rigor y asiduos en todas las estaciones, se diría una ciudad sin turistas. Algunos mendicantes, algún artista callejero, los que, con tiempo estable acostumbran a llegar de otras latitudes, igualmente han desaparecido del corazón de la ciudad, donde asediaban en busca de limosnas o lanzaban al aire sus composiciones. La música de los que quedan, sendas acordeones y guitarras, sus notas, suenan en espacios otrora abarrotados y ahora horro de peregrinos, un poco nostálgicas, más sentimental y hechiceras que nunca.

domingo, 22 de noviembre de 2015

SER CIUDAD.


     A la altura de nuestra alma, y aun por encima de ella, te aseguro, Zaide, se halla la de tu ciudad, ya que, la suya, formada está por un componente de gran parte de de los que la habitamos, no solo de los que estamos sino de los que se fueron. Alma grande, pues, alma viva también, que de crecer no cesa. Si a la ciudad, a la tuya, amas, considerarte podrás formando parte de ese todo genuino e inmaterial que, siendo uno es, más que nada, una pluralidad de sueños, de quereles, de destinos que a idéntico ritmo se mueven, de imperecedera historia que a tu alma y a la de cada uno de nosotros toca. Ser tú ciudad, es asir un pedazo de eternidad, de estar ahí, inamovible y presente, con los amaneceres, con el viento, la luz y el fulgor del horizonte, cuando ya tu existencia no haya sido sino otro indescriptible sueño.


sábado, 21 de noviembre de 2015

ADIVINOS DE HOY


      Nos acogota el tiempo, tanto como la exactitud con que los meteorólogos aciertan, con semanas de antelación, en sus pronósticos. Hace años, poco sabíamos del tiempo por venir, el bueno o el malo. era como la muerte, que sabíamos que había de arribar, pero no cuándo lo tendríamos a nuestro lado. Algo ayudaba, mínimamente, más la fama que sus previsiones, el entrañable calendario Zaragozano, con sus historias de cabañuelas y otras lindezas.
       Lo peor de estos adivinos indiscutibles de hoy, de lo que va a traernos la naturaleza, es que, como ahora, aun disfrutando de una atmósfera aceptable, no nos dejan disfrutar de ella, pensando que en unas horas, según sus matemáticas predicciones, nos hallaremos tiritando de la mano de unas temperaturas que van a da pavor. ¡Cuánto mejor sería no enterarnos de nada hasta que llegara el momento!

jueves, 19 de noviembre de 2015

SOL OTOÑAL


     ¡Sol de otoño, sol de membrillos y de vino mosto color dorada miel, sol de irisados castañares, de ir y venir de bandadas de aves, dudosas de emprender el vuelo hacia otros horizontes más calmos, porque no vale la pena dejarse el alma para buscar lo que aquí ilumina!
      Plácidos son los días, que transcurren, por lo que a la atmósfera se refiere, como los de un soñado paraíso, en el que todo tiene apariencia de ese edén: los parterres, recortados sobre un mullido y multicolor friso de hojas; en los valles, con pátina de eternidad en los bancales y huertos, y en el oculto curso del río, un culebreo que no se distingue, tapado por álamos que lo guardan y conducen. Y más allá, otra fronda, esta pétrea, de zafiros tonos y descomunal e inmaculada belleza, en el que se miran ciudad y montañas, como amigos ancestrales, en las que nos miramos todos los que por aquí andamos.
       ¡Cuánta serenidad, cuánta paz, y cuánta maldad y cuánta sangre derramada. Cuántas víctimas inocentes de un fanatismo sin nombre y sin explicación, allá en el París de nuestra juventud!¡Cuánta de esa paz que nos envuelve aquí desearíamos para esos muertos! ¡Que nada hubiera ocurrido, que todo fuera también un mal sueño, del que tarde o tempranos despertaríamos!

viernes, 13 de noviembre de 2015

UN MUNDO QUE FENECE


      Por una dolorosa travesía de tenebrosos horizontes caminan ahora los libros, derramando cuantiosas lágrimas y recibiendo múltiples desprecios. Nunca fue el suelo hispano lugar propicio para dedicarle un rato a la lectura, ni los libros objeto de trovas y honores, sin embargo pocas veces se imaginó, con toda esa negra herencia, tan fatal  destino, que no es sino una interminable agonía.
      Con menor intensidad, también vive el libro su particular calvario en otros países más cultos, más enamorados de la letra impresa. Se nota sobre todo el hecho, desde la distancia, en la actitud de los libreros, a los que nos empeñamos algunos, como si nada pasara, en seguir comprándoles su entrañable mercancía. Al libro que adquieres y que te llega por correo desde tan lejanos confines, le acompaña ahora, inevitablemente, cartas de agradecimiento que rompen el alma, con un mensaje entre líneas, subliminal, para que te acuerdes de ellos a la hora de comprarlos. Se ve que les va la vida y el negocio, antes próspero, en seguir contando con compradores fieles, último bastión en que 


refugiarse para sobrevivir a un modo de vida, que es más que nada apasionado amor por un mundo, el de la lectura, que a ojos vista fenece.

lunes, 9 de noviembre de 2015

SU DESTINO BUSCA EL OTOÑO


      Tarda en acomodarse el otoño a lo que de él se espera, aunque esas arremetidas, con días soleados y temperaturas que no son de la estación, tras una semana con cierta abundancia de chaparrones y cielos pardos, no deben ser más que parte de ese proceso, de esa transformación que, tarde o temprano, habrá de llegar de un, a veces menguado, a veces apresurado, caminar hacia predios invernales. Lo que sí anda ya por estas tierras montaraces es el alborotador de cabezas,  Eolo, fiel a una cita a la que nunca renuncia, reconocido compañero de fatigas de la estación; más que eso, aseveraríamos, fiel servidor de sus broncos mandatos, siempre echando una mano en la ardua y pausada tarea, que no es de un día sino de muchos, de desnudar frondas y hojas de desconsolados árboles. Por lo demás, como los extremos se tocan, se diría que es una plácida primavera la que entre manos tenemos, que si no sirviera para otra cosa, también se lo agradeceríamos por lo que a evitar gastos de calefacción, tan desmesurados y de un abuso que no tienen nombre, supone para el pueblo, para los pueblos de esta Andalucía y de esta España tan sufrida.

sábado, 7 de noviembre de 2015

UN VIENTECILLO QUE QUIERE SER VIENTO.


      Con este vientecillo que quiere ser viento y a veces lo logra, esta mañana, los árboles de nuestra Alameda se sacudían sus ramas como canes desprendiéndose del agua que imprevista les cae. Lo que echaban al aire, en  realidad, eran sus hojas más marchitas. Un espectáculo más de los muchos que nos brinda la naturaleza en otoño, porque si no ¿qué otra cosa podían ser esos nimios remolinos de hojas secas planeando y casi detenidas en el aire como si portaran alas? Y otro tanto, el rumor con algo de olas marítimas que producía el aire moviendo las encumbradas copas, como océano que se altera sin llegar a embravecerse, Y todo iluminado con un brocado de cenefas de colores en transición: verdes que ya no son verdes, sino gualdas, pero que tampoco son amarillos sino una mezcla de hermosos matices en la que brincan mil tonalidades, de difícil definición. Un dosel de frondas que poco a poco se rinde, pero que aún, antes de desaparecer y dejar ver el cielo a través de sus ramas peladas, nos brindará más de un deleitoso rato. 

lunes, 2 de noviembre de 2015

TRONARES Y CAMINARES


      Si algo en verdad se añora en estos días, es el calor de los atardeceres, ahora tan fugitivos y presurosos como es el paso de esas bandadas de aves que, agrupadas en prietos vuelos buscan, más allá de nuestros lares, otro hogar para pasar el invierno. Entre la brevedad de la duración de la luz solar y la acumulación de nubes enlutadas que tapan las alturas, entre penumbras casi andamos.
         Con un noviembre que con ganas de alborotar ha entrado, anunciándose hosco a todo plan, con luminarias de rayos y tronares, ventarrones y agua alocada y vigorosa, tendremos que decir adiós a algunas cosas; esperemos que no definitivamente a los días placenteros y a la tibia dulzura de los caminares gozosos contemplando montañas y picachos que, a fuerza de verlos y de soñarlos,


ya son como si a tí, a tu alma, pertenecieran. No pide uno más a este mes, que tan hostil comenzó, que nos deje disfrutar de esos caminares y de esas contemplaciones, que tienen algo de místico arrebato.

domingo, 1 de noviembre de 2015

HASTA NOVIEMBRE HEMOS LLEGADO


     Hasta noviembre hemos llegado en el año. Todo un éxito para los más viejos, y un mes que llama a reflexionar a los de menos edad y a detenerse en las cualidades y tradiciones de aquél, entre las más antiguas las del homenaje a los muertos, arteramente en algunos de nosotros porque en vida poco caso les prestamos.
       Aunque en su representación, la de noviembre, surja un cuerno de la abundancia, lo cierto es que este no es todavía más que una promesa de frutos y fertilidad futura. En lo que sí abunda el mes con harta prodigalidad y expresiva belleza, es en la explosión unánime de cromáticos esplendores, en un cubrir y tapar apabullante de las impurezas de la tierra, sobre todo las urbanas, con esa sonrosada alfombra del multicolor aparato de hojas desprendidas que fueron y ya no son, que vivieron sus días y ya no lo viven, pero que hasta agonizando nos dejan su particular y romántico adiós. 

jueves, 29 de octubre de 2015

LLEGÓ EL ROCÍO


     Ya con el rocío otoñal salpicando de menudas perlas los amaneceres, volaron mortecinas al gran archivo del tiempo las últimas hojas del libro que escribió octubre. No ocurre lo mismo, sin embargo, con las perteneciente a los árboles, que pierden todavía muy pausadamente su innato verdor y fronda. Diríamos, que existe un claro temor en los de perecederas hojas a encarar una desnudez que está a la vuelta de la esquina,  absoluta e inevitable, en el revoltijo de sus ramas. Seguro que no es pudor, a un acto y transformación natural, sino lástima a una despedida de parte de su naturaleza que durará meses, y en la que tendrá que hacer frente sin protección alguna con estoicismo a la fuerza y embates del invierno.

miércoles, 28 de octubre de 2015

ORO LIQUIDO


       Profuso oro líquido esparcieron por doquier las postreras lluvias. Si en ocasiones su intensidad pudo causar algún inesperado y pasajero daño en determinadas localidades serranas, cabe decir que su beneficio empapando las tierras y saciándolas en su sed del ardoroso verano, aderezándolas para acoger la sementera, fue de los que no tienen precio.
        También nosotros, en el vasto y montaraz escenario serrano, que aquí y allá andamos, recibimos con agradecimiento y alivio este don celestial que es al agua, precipitándose no a deshora, sino cabalmente en su tiempo, limpiando calles y rincones, no siempre atendidos como merecen o, en cualquier caso, prestando una altruista mano a los que cuidan de ellas.
       No es una ciudad la que nos acoge, ni lo son las poblaciones comarcales, lugares contaminados, pero aun así, es perceptible en el ambiente ahora, ese repaso que, como solícita ama, dio la naturaleza a su morada, que es, desde luego, la de todos.

lunes, 26 de octubre de 2015

VIDENTES DE NACIMIENTO


      Al escueto suelo de mi buzón de correos, de suyo habitualmente vacío, lo alegraba en su sólita soledad esta mañana, un folletillo de nimias proporciones, pero hasta la extenuación su limitado espacio aprovechado, proclamando los múltiples dones de "un famoso vidente de nacimiento". Se ve que no todos son de su condición y que como en los campos del arte, unos nacen y otros se hacen.
       Me temo, que el aspecto harto descuidado de mi pequeño jardín, un aprendiz de este más que nada, agravado por las recientes lluvias, con derrumbes de flores, brotes, febles ramita y restos de conchas de pinturas, han hecho creer al autor del folleto que allí moraba un tipo o un matrimonio, como de hecho ocurre, mi mujer y yo, con todas las de la ley para ser su cliente.
        Y, desde luego, boquiabierto, con el pasmo en el rostro, se queda uno leyendo la cantidad de fregados de los que  este individuo puede sacar a tu maltratada naturaleza, en solo "una semana y con el cien por cien de seguridad", que ya es decir, "con rapidez y eficacia": recuperar amores fallidos, protección de obsesos enemigos, de males de ojos y de salud, solventar embrollos judiciales, hacer una mina de los negocios.. ¿En qué demonio estaría yo pensando para no acudir a toda prisa en busca de esta joya?


viernes, 23 de octubre de 2015

YERTOS EN SU DESNUDEZ



      Milagrero es el paso sigiloso de estos días de octubre, yertos en la desnudez de un suelo de peladas glebas, de escurridizos surcos que, pacientes, soñadas cosechas esperan desplegando mientras sus infinitas gamas de tonalidades, y, en la aseada tierra, sin estorbos de rastrojos, libre ahora de útiles de labranza, de dorados palpitares de sementeras, esculpe carmines, peina fulgores, azulean lechos que ocres fueron o remedan con harto descaro luminosos cielos. Algo distantes, desmelenados olivos, pálidos álamos se hartan de contemplar, perplejos de brillos, este flujo cromático, este fenomenal cuadro que como si nada, la milagrera naturaleza, con ingentes pinceladas nos deja.


jueves, 22 de octubre de 2015

ESE HONDÓN DE NO MUCHO FONDO


     A una fosa, con no demasiado fondo, Zaide, compararíamos nuestra existencia. En el fugitivo transcurrir de ella, llenando vamos ese hondón con heterogénea mezcla de fortunas e infortunios, de vanos retos con los que pretendemos conquistar el inconquistable mundo, de alegrías que son suspiros, de penurias, de tontas presunciones y egoísmos que nos delatan y peores nos hacen. Colmada queda la fosa con nuestro cuerpo, postrer descarga que la clausura y sella a la par que nuestra gastada vida.

domingo, 18 de octubre de 2015

POR SI NO NOS ACORDÁBAMOS



      Domingo y llueve. El tiempo se alborota. Pero no es del todo cierto. Estas aguas de octubre caen con un meditado ritmo, con calculada armonía, ni más ni menos que como brotan las notas de una melodía, con pausas y redobles de instrumentos cuando aquellas huyen, con delicado fluir de pequeñas sonoridades, casi suspiros, en ocasiones, con tumulto de heroicas trompetas de combates en liza cuando el chaparrón se desmelena. De todo ese amago sin querer ir mucho más allá de la naturaleza, de no ofender a nadie, sí que queda huella en el suelo, todavía poco hollado de pisadas: rosadas naranjas que el vientecillo traslada de un lugar a otro, pétalos de rosas, amarillas, carmesí, celestes de otras flores trepadoras, y, por ende, un firmamento de jazmines, como telúricas estrellas. Es otoño, por si no nos acordábamos.


martes, 13 de octubre de 2015

LECHOS Y MOMENTOS.


          La cama, el denostado o exaltado lecho, según el momento, según la persona, la paciente, obediente, fámula, escenario de nuestros sueños y desvaríos, es, en estos días que plácidos corren, más que nunca, un dorado refugio de tibias comodidades y perceptibles sensaciones.
       Y son, tal vez, en esas horas en que a través de cortinas, visillos, postigos o persianas, comienza a parpadear, con indecisas franjas de incipientes claridades de natal sosiego la mañana, cuando cuenta nos damos del edén abrigado, cálido en el que nos hallamos nosotros y anclado nuestro espíritu, no recorridos por ningún síntoma de de anómalos tremores o exudaciones. Y si la mañana se esfuerza denodada en abrir puertas y senderos, desperezándose impúdicamente a un nuevo amanecer, lo que nosotros pretendemos y en escasas ocasiones conseguimos, es cerrar todo a cal y canto,  veredas , vésperos y prendas de vestir que calladas esperan, y, con declarada impunidad, quedarnos quietos, quietos, sin querer dormir, y ni siquiera pensar, gozando de unos instantes matinales que a gloria pura nos saben.
         
 

domingo, 11 de octubre de 2015

INSONDABLE LANGUIDEZ



     En una languidez de persistentes ataduras se ha instalado una vez más la naturaleza. Una calma infinita fluye ahora, atenazándola, por ella. Ocurre en estos días de atemperadas auras, de perezosas nubes, de medidas y menudas lluvias que nada duran y apenas fatigan campos y calles con su mínima humedad, un dibujo informe que poco tarda en desaparecer, en los que los rayos de sol resbalan y no dejan huellas en nosotros, que algo de ese sopor en que todo anda inmerso, sojuzgado, dando vueltas, gravitando pesadamente, acaba por posarse no muy lejos de donde estamos, apresándonos también, que somos al fin y al cabo naturaleza. Y como en sueños, sin estar dormidos, amodorrados, contemplamos todo: a gentes, a árboles, montañas y cielos, con una sensación de estar aquí y no estarlo, de flotar y de no llegar nunca a donde íbamos, que, tampoco, por unos momentos fugitivos, sabíamos dónde era.

martes, 6 de octubre de 2015

HOLLAR ESTRELLAS



     En nuestra azarosa y perecedera existencia, perseguir cosas materiales es lo habitual, aquí y allá; las más, con un ansia desproporcionada al valor que, en realidad, en sí tienen. Pocos escapamos de eso. Sin embargo, en ocasiones muy contadas, a alguien conocemos con otra visión de lo que nos rodea, con otras aspiraciones menos mundanas.
     A  Paco Marín, entre otras muchas cosas inmateriales que perseguía, quiero recordarle cuando, con conciencia de iluminado, como si autor de la escena fuera, andaba tras las noches inmaculadas, aquellas en las que el firmamento es una fiesta para la mirada y para el espíritu. Y si lo que milagrosamente se cocía en esas fechas excepcionales en que ello acaecía, era una mágica caída de estrellas, la llamada lluvia, allanando los oníricos confines del universo, instalado quedaba en sus ojos durante días, los que antecedían y precedían, un brillo, como tufillo de un pensamiento que, sin duda, le rondaba por la cabeza: !Quién anduviera por ahí acompañado de estrellas!
    Cuando se instalaba la ceramica en tu memoria días pasados, no me abandonaba a mí tampoco, amigo Paco, la idea de que muy mal tendría que estar todo, cualquiera que sea lo que nos espera,  si, caminante estelar, tú no andas ya hollando estrellas.

domingo, 4 de octubre de 2015

BIENVENIDO SEA USTED, SEÑOR OTOÑO


     Al escondite juega el otoño. Ahora estoy, ahora no, ahora salgo, ya me evado: amaneceres algo afilados, que no traspasan prendas, pero que un poquitín se hacen notar sin apenas molestar; mañanas que progresan en soles que se dirían son de otras estaciones que ya nos dejaron, mas que ahí están, tal si fuera el verano el que nos acuna, con parecida desmesura a como antes, un par de meses atrás, lo hiciera.
      Y no es que el otoño, como un humano más, haya perdido sus papeles, porque muy de su filosofía es albergar veranillos, invernillos, aventadas primaveras, y lo que haga falta, en una constante mudanza que, no sabemos si a los demás, pero que a nosotros nos encanta, porque no hay lugar a cansarse y  todos los días se contemplan cosas nuevas, o que, al menos, a nosotros nos lo parecen. Por nuestra parte, pues, ¡Bienvenido sea usted, señor otoño, el de las miles de caras, colores y vestiduras!

viernes, 2 de octubre de 2015

ARRUGAS, TESTIMONIO FIDEDIGNO



     Las arrugas, tan vituperadas, tan temidas, como si de la lepra se tratara, no son, Zaide, más que un testimonio fidedigno, de lo más veraz, del paso incontestable del tiempo. Huellas son que muy a las claras muestran el presuroso caminar de nuestra andadura por el mundo, no lágrimas que tengamos que enjugar.
     No las rehuyas, ni las persigas; algo tuyo son, que bien indican hasta dónde llegaste y dónde te encuentras. No es deshonra que haya que ocultar, ni estigma que necesite de perdones. No por ocultarlas, ocultarás tus años, de los que, por otro lado, no cabe más que enorgullecerse. Bastante peor sería no contarlos. Un regalo es la vida y más preciado será aquél cuanto más se prolongue en el tiempo.

jueves, 1 de octubre de 2015

¡YO SOY EL OTOÑO!



     ¡Yo soy el otoño!, salmodia con renovadas fuerzas octubre, libre del estorbo de advenedizas estaciones que pudieran molestar la pureza de ese clamor. Y aunque no es, desde luego, el único mes que alardea de presumir de lo mismo, su pregón gana adeptos porque es el primigenio, y porque más de uno y de dos anhelábamos cambios, que la rutina es maestra en anquilosar ánimos y temples, y mejor nos vendrá evitar la impureza de aguas encenagadas para ir en pos de las que nos resucitan.
       Trastocado un primer orden, perdió en jerarquía octubre con el cambio de calendario de romano a gregoriano lo que ganó en serenidad, colorido y fuste, dejando atrás monotonías y ardores de añejas épocas, cuando la historia de sus días navegaban hasta el hartazgo por fogosos cielos desnudos sin otra cosa que referir que no fueran exudaciones y rotundo tedio.
       Más a sus anchas, con zapatillas y pantalón remendado de casa, se haya ahora nuestro mes, con una actividad que por disparatada y presurosa perplejo nos deja. Pero más debería dejarnos, y en eso nos ejercitamos,  en contemplar aborregados rebaños de nubes sin trasquilar; a árboles en adelantado carnaval; a aves, inquietas monarcas de nuestras límpidas alturas, que pierden el norte oteándolo; a la vida en fin, yendo sin detenerse nunca, de aquí para allá,  sin apreturas ni presiones,  sabiendo lo que quiere, y a dónde va, algo que ya quisiéramos para nosotros, más esplendorosa y multiforme que nunca.

sábado, 26 de septiembre de 2015

UN ROTO SEPTIEMBRE INMERSO EN AURAS OTOÑALES



      Sin más, ley de vida, márchase Septiembre roto, como todo cuando acaba, y con él un inaudito verano de extraños rigores, sin gustosos sabores, porque no los hay, ni siquiera desabridos,  donde existe manifiesta calamidad aunque sea atmosférica esta, y lo cierto es que fue plano su transcurrir, de suyo,  como el electro de un corazón sin aliento ya. Hay recuerdos que son maldiciones, castigos, y lo será el de una estación que a nadie conmovió, que a nadie hizo gozar, a no ser que en todo padecer haya gotas de un oculto placer, de masoquismo insensato y desquiciado, que incontable son las almas e incontables sus arcanos y lo que anhelan.
       Habrá que abrir nuestros agotados espíritus al otoño y al milagro constante de sus luces, nubes y emociones, porque sí que esta estación, tan cambiante, tan multiforme, tan amable, las tiene, y pasear sin tino por alfombrados campos,  por umbrosas avenidas, absorbiendo sus irisados días, sus plácidas horas, como si fueran las postreras, que así más seremos nosotros y más fraterna y desprendida nuestra madre naturaleza.

viernes, 25 de septiembre de 2015

SI A MEDRAR LLEGAS, ZAIDE.



     Cerrazón sobre cerrazón es, Zaide,  no darse cuenta nuestros gobernantes en el mundo de molicie, suntuosidad y otros muchos males en que viven, sin pensar más que en ellos, en sus hoteles y restaurantes de muchas estrellas, sus selectivos transportes, y no en la verdadera finalidad para la que fueron elegidos, pregonando un bienestar general que no existe y que son ellos los únicos en participar de su disfrute. 
      Te aconsejo, Zaide, que si llegaras a medrar en la jungla de la política y a gozar de las mieles de un cargo notable en ella, para mirar bien dónde te hallas tú y dónde se hallan los más necesitados, imites alguna vez a antiguos monarcas y sultanes, que acostumbraban por unos días a disfrazarse de mendigos y llevar su vida como uno más, para tomar el pulso a una parte de la población a la que recorrían viendo sus miserias y la forma de remediarla, sin que nadie los engañara. Si de la cumbre de su altanería y de su ineptitud, nuestros líderes, por llamarlos de algún modo, en ocasiones descendieran, más sensatamente se conducirían y ciertamente menos penas que llorar habría.


jueves, 24 de septiembre de 2015

ACTOS HEROICOS PARA UN TIEMPO PEREZOSO



      Indecisos, perezosos, sedentarios y con escasas ganas de apresurarse y emprender su marcha hacia otros horizontes, ruedan, sin rodar y con poco fuelle, estos días de transición entre estaciones y solsticios, que amagan y no dan nunca; pero sí que influyen estampando su esencia voluble en una atmósfera que es de mudanza y no lo es; que no es veraniega ni es otoñal, evanescente a ratos, y que, como es de rigor, deja su pronta huella en nuestras mentes y cabezas, atolodrándolas, y haciendo un acto heroico todo intento de pensar, de hacer algo de provecho, que, como en otras ocasiones, nos llene de un orgullo muy necio, muy infantil, que a nadie importa sino a nosotros: para qué más en realidad, si así se mueve el mundo y otra cosa es engañarnos.

lunes, 21 de septiembre de 2015

POBRETERÍA QUE NO ES DOMÉSTICA



      El tiempo apacible, el que no hiere porque no es riguroso, como el que gozamos ahora, no solo atrae a nuestro suelo a un número abrumador de forasteros con ánimo de ver nuevas cosas y costumbres, sino también a una pobretería que no es doméstica.
      ¡Curiosa mendicidad la que practican! Casi similar, en su terreno, a la que practican los feriantes, con sus bártulos, puestos y cacharros de festejo en festejo, de pueblo en pueblo, buscando en qué ciudad, en qué lugar le será más provechoso extender su abierta mano, lanzar al aire su salmodia de penas, desmenuzar de pie, de rodillas o tumbado, su historia de miserias, verdadera o inventada.
        A estos que postulan una dádiva de forma tan nómada, tal como los gitanos de antaño, los imagina uno en autobuses baratos, porque los trenes ya dejaron de serlo, o en cuartos de pensiones familiares, echando sus cuentas, comiéndose el coco, consultando guías provinciales y estudiando como diestros antropólogos, la vida de las ciudades, en determinados días, en determinados períodos, meses o estaciones, inquiriéndose en cuál de ellas encajará mejor su vacía lata de conservas o de refresco para que, medianamente se llene.

sábado, 19 de septiembre de 2015

EL MUNDO SE HA ECHADO A LA CALLE


      La sensación, contemplando la vastedad de los visitantes, las razas y las lenguas extrañas que se oyen por doquier en nuestra ciudad, es que el mundo entero se ha echado a la calle, harto de crisis y de que continuamente le hablen de ella. Y aun sufriendo en sus carnes las heridas de ese fatídico estancamiento de la economía, han determinado, todos los habitantes al unísono, que, para no pensar en las privaciones, que son el cotidiano pan de cada día, de cada hora, de cada instante, lo más sensato y reconfortante es abandonar por un tiempo  el hogar,  igualmente al acusado pesimismo de televisores, prensa y radio, fatales emisarios del universal estrago, y darse un baldeo por las infinitas tierras que conforman nuestro planeta, más que nada para comprobar que en todas partes cuecen habas y así olvidar aliviados las propias miserias.
      No descartamos tampoco, para justificar las riadas de foráneos que nos visitan, que a nuestra ciudad la quieran conocer hasta los gatos; si es que alguno de estos todavía no la conocen, para comprobar, sin que otros se lo cuenten, si es verdad lo que no le dejan de repetir, de sus encantos y de sus despeñaderos sin fondo, sus montañas diamantinas y demás. Porque sólo así se explica la presencia del ciento y la madre de naciones y lenguas, mirándolo todo, que eso no cuesta dinero, porque si con la mirada se comprara, en pocas horas se vaciarían las existencias de todos los establecimiento. ¿O es que ustedes han visto, por casualidad, alguna vez, a nuestros más obcecados y fieles visitantes, los japoneses, en los ya luengos años que llevan viniendo, a uno solo comprar algo,

 aunque se tratara de una menudencia de nada?


          



lunes, 14 de septiembre de 2015

TODO RETORNA.



      Han vuelto los días grises, porque todo retorna en la naturaleza salvo nosotros, los días grises sin paliativos, esos en los que se diría no hubiera más universos, ni más cielos, ya que desaparecidos, es como si no hubieran existido nunca. Hay a quienes esta atmósfera les resulta altamente opresiva, tal como si se fueran estrechando y menguando los límites en los que nos desenvolvemos, provocándoles  nerviosas alteraciones.
      Como somos tan complejos y diversos los humanos, ninguno (no hace falta recordarlo), exactamente igual a otro, a mi estos días me obsesionan para bien; me seducen y aquietan el ánimo, siempre necesitado de adicionales dosis de ayuda para mantenerlo en óptimas condiciones. Flota por doquier una irrealidad que hace más palpable la belleza de la que nunca carece nuestro entorno. A ese sueño contribuyen las montañas, que han dejado a un lado su habitual consistencia para tornarse 


delicadas, sutiles, casi inaprensibles formas, por las que merodea en ocasiones apagadas luces que lamiendo sus cumbres las cubre de espolvoreada azúcar. Más cerca, en cambio, por donde andamos,  sí que ganan en viveza los árboles, talludos los más, mostrando el grosor de sus moteadas cortezas y el verde fuerte de la frondosidad de sus ramas. Más pura y con más vida, también, parecen los chorros de agua que borbotea sin parar una fuente. Es como si cada objeto, cada recodo, cada planta, sin renunciar a ese sueño a que le somete las nubes, el plomizo ambiente, mostrara todos sus encantos, lo mejor de ellos mismos.

jueves, 10 de septiembre de 2015

ESA FAMA, QUE NO ES SINO NECEDAD


      La fama, Zaide, en un tiempo no tan añejo que no pueda sin esfuerzo traerse a nuestra memoria, abría las puertas de su reino en contadas ocasiones: únicamente, cuando se trataba de acoger en su inmortal claustro a inventores, literatos, héroes, santos, a sabios, a hombres siempre de probado ingenio, sabiduría, humanidad  o de excepcionales merecimientos, que nadie osaba discutir.
         Por tan misérrimos y estériles senderos camina hoy la fama arrastrada por sus pedestres adeptos, que cualquier chalán, cualquier zafio, cualquier ignorante, cualquier vividor, cualquier zampabollos de feria, cualquiera que se cree notable por ser hijo de los considerados artistas, aunque nunca participaron de sus dones, es bueno para que su nombre y figura ocupe la atención y las páginas de las revistas, de la radio, de la televisión, y para que una multitud de seguidores, como si de doctos enviados de los dioses fueran, vivan pendientes de ellos, sin sueño, embobados con sus idioteces, con lo que comen, a dónde van, a quiénes, partícipes de su misma necedad, pretenden como pasajeras conquistas. 
        Bien haremos, Zaide, como hasta ahora, en huir de ellos y de sus vanas redes como de la peste y buscar otros mesías más verdaderos, otras distracciones de más enjundia, que entreteniendo, sin ir más lejos, aporten alimento a nuestro espíritu, que sí que las hay.

lunes, 7 de septiembre de 2015

PRIMERAS LAGRIMAS DE LOS CIELOS


     No nos resistimos a la tentación de trazar unas líneas dedicadas a un suceso tan natural, tan habitual (o lo debiera) como es la llegada de las primeras aguas. Y es que, dada la desgana de estas por visitarnos, al menos parte de la primavera y de un interminable verano, ver llover durante un par de horas, no deja de ser un acontecimiento, que, además, no si cada vez más vamos a tener que festejar como tal.
     Aparte del fenómeno meteorológico en sí, fue de admirar esta mañana, "in itinere", como quien dice, cómo se hacían anunciar dibujando en nuestros encumbrados cielos un poema de visual lirismo para quien lo quisiera contemplar. Unas nubes tan empinadas y blancas, tan sugestivas, que daban ganar de que nos las envolvieran para llevarlas a casa y enmarcarlas, merodeaban por nuestro abismo como insólito dosel. A poco, mudaban de forma para, en ceñido y vistoso alarde, rodear su albor a montañas, casas y campos. Cuando horas mas tarde volví verlas, desprovistas ya de su inmaculada blancura de antes, eran parte ya de unos cielos encapotados, negros y densos, que no tardaron,  tras algunos rugidos, en bendecirnos, misericordiosos, con unas lágrimas que no eran de pena, sino 


sino puramente benefactoras.

domingo, 6 de septiembre de 2015

EL JAZMÍN DEL BALCÓN, EN UN VERANO QUE AGONIZA



     Al espigado y barrigudo jazmín que se adentra por los hierros de mi balcón, este vientecillo que corre de delicioso frescor, que sopla y no sopla, parece, cuando lo hace, poner de hinojos todas sus ramas, que se cimbrean como movidas por algo más poderoso que unas simples auras de nada, que no son ni poniente ni levante aún, sino meros aprendices de ellos, sin sus ardides ni potencia. Es cuestión, como todo, de voluntad; y, como a tenor de su insistencia para arrancar inermes florecitas de su verde hogar,  a las que columpia hasta dar con ellas en el suelo en singular nevada, este viento aniñado no es de los que desesperan y cabeza gacha renuncian, cuando arremetan en el vecino otoño, algo que ya predica a voces el brumoso horizonte de hoy, habrán aprendido su oficio y fortalecido su garganta tronadora, tal el mismo Eolo, y será cosa de ver, de respetar e incluso de temer.
       Mientras, bien disciplinado, se entrena y entrena sin perder la fe de ser alguien en algún momento,  sometiendo al risueño y  paciente jazmín a un empuje, a un acoso, a un sin vivir, que no es nada de eso, sino celestial caricia de un verano que agoniza.


sábado, 5 de septiembre de 2015

INFINITAS SON LAS COSAS


     Parvo, irrelevante, Zaide,  es el número de las cosas que sabemos, de las que con algún sentido  y conocimiento podemos discutir.  Estarás de acuerdo conmigo,  también, en que infinitas son las que ignoramos. Cuando toca hablar de una de estas, de la que todo lo desconocemos, cuánto mejor haríamos en callar que no en dar una opinión en la que quede al descubierto nuestra estulticia y nuestra osadía, por aparentar lo que no somos ni pretender entender de lo que no sabemos.  
     Más a las claras quedará nuestra temeridad y petulancia, hablando que cerrando la boca. y más sensatez y sabiduría demostraremos si de lo que nada sabemos, ponemos gran empeño en conocer más; nunca es bueno por arrogancia, sino porque hay una escondida felicidad en descubrir el origen y funcionamiento de lo que nos rodea, aunque sólo lleguemos al umbral de ellas.


jueves, 3 de septiembre de 2015

UN TENUE TEMOR



     Nada más conveniente para recomponer la perdida y ansiada rutina, y con ella la estabilidad de ánimo, que vino a hacer añicos con su fiereza el verano, que estos amables días de un incipiente septiembre, en los que una esperanzadora calma anda instalada de nuevo en la atmósfera, y, con ella, la materialidad de una ciudad más reconocible en sus virtudes, como es la nuestra; más conforme con lo que esperamos de ella los de nuestro carácter. Nada tampoco, que su generosidad y natural belleza no pueda darnos.
       Como niños con zapatos nuevos, a su encuentro vamos, roto ese tenue temor que, estando fuera, nos comía de que algo, una enfermedad, un imprevisto accidente, nos pudiera privar de esa delicada emoción que para nosotros supone ser acogido, una vez más, dentro de sus muros y a la vecindad montaraz de sus campos; de jugar a perdernos sin salir de su urbanismo por donde no otro ruido llega que no sea el hondo silencio de la historia. No es difícil ni azaroso ser parte integral del alma de una ciudad como la nuestra: nada más que sentimiento se necesita.

martes, 1 de septiembre de 2015

DULCE Y UFANO SEPTIEMBRE



     No oculta septiembre cuál es su origen y lugar en el calendario, sino que, muy ufano, a gritos descomunales lo proclama; puede que, porque ese siete de irascibles consonantes, a lo germánico, un si es no es tintado de cabalísticos sones, le viene como anillo al dedo de su nombre.
     No obstante, lo que no es un secreto para nadie, es la prodigiosa y magna actividad a la que, ya sea por fas, ora por nefas, se entrega este mes durante su clamoroso reinado, planeando vivamente sus días, que ya menguan a ojos vistas, sobre maduras cosechas y granados frutos, tan prietos que no dejan ven la tierra que los amamantó y nutrió. Y como es tiempo de dulzuras, a salvo de rigores climáticos, ni para un lado ni para el otro, igualmente lo es de miríadas de mieles de rosados panales apañados por laboriosas abejas y que a exquisitos paladares y manjares retan.
      Y sin serlo, de nimiedad mayor podría catalogarse a toda esa profusa labor dicha, ante lo que es su oficio de más trascendencia: nada más y nada menos que la del ser el dueño y señor permanente de dos estaciones, permitiéndose el capricho de liberar a una y de mandar a paseo a la otra; o, en espacios siderales más inabarcables y grandiosos, constituirse en infalible guardián, ¡ahí es nada!, de uno de los momentos estelares del astro rey en sus vagabundeos por el ilimitado universo, al que empuja a llegar tan alto que no cabe ni imaginarlo.


domingo, 30 de agosto de 2015

UN TRASIEGO DE LOS DEMONIOS


     Nos abrumó Agosto, igualmente, como su predecesor, pero en menor medida, con la explosión de sus personales furores, de sus infernales fuegos, con los que, en cualquier caso, el mes se lo pasó en grande en determinados días, azotándonos, vapuleándonos y amargándonos el sagrado descanso, la existencia, en una palabra.
     También, se valió de ancestrales tradiciones para que, mordiendo el anzuelo de paradisiacas playas, encumbradas montañas o rincones olvidados de Dios, desperdigarnos de nuestros hogares, a los que dejamos tan desamparados y vacíos como odres romanos en vitrinas de museos, y tomando el cayado y la manta del peregrino nos lanzáramos a vagabundear, a veces con norte, y otras sin él, añorando lo que no está escrito, aunque nadie se atreviera a confesarlo lo que atrás dejábamos. 
        Lo mejor de este trasiego de los demonios, de idas y venidas sin respiro alguno, es que nos trajo a las manos seres a los que la vida azarosa mandó a otros lares, a hijos y nietos, sobre todo, que no todo ha de ser vituperios y malos modos con el mes que acaba, que esto se lo tenemos que agradecer y no es poco.

miércoles, 26 de agosto de 2015

DÍAS PLACENTEROS



     Mirarnos en el ombligo de lo que es nuestro cotidiano y familiar escenario de actividades y solaz, por el que siempre andamos y al que solo loamos, nos lleva a ignorar la existencia de otros paraísos de la cercana vecindad.
      Unos días placenteros en el feraz suelo de Jimera de Líbar estación, junto a las márgenes del río Guadiaro, en paraje tan irreal por su belleza que se diría no es de este mundo, un vergel de umbrosas frondas y enmarañados doseles con ramajes que no dejan ver el cielo, de recoletos rincones y de tupidos senderos plateados, tamizados por tímidos rayos de sol y alfombrados de múltiples hojas, se han adueñado de nuestro ánimo con un dual sentimiento. Y no tanto por traernos a la memoria horas de nuestros años de mocedad, cuando acudíamos los rondeños a bañarnos en esta ribereña playa del Guadiaro, como la de que lugares de increíble disfrute y gloriosa belleza existen profusos y prodigiosos en toda nuestra Serranía y, desde eternidades, a nadie mejor que a nosotros esperan.