miércoles, 26 de agosto de 2015

DÍAS PLACENTEROS



     Mirarnos en el ombligo de lo que es nuestro cotidiano y familiar escenario de actividades y solaz, por el que siempre andamos y al que solo loamos, nos lleva a ignorar la existencia de otros paraísos de la cercana vecindad.
      Unos días placenteros en el feraz suelo de Jimera de Líbar estación, junto a las márgenes del río Guadiaro, en paraje tan irreal por su belleza que se diría no es de este mundo, un vergel de umbrosas frondas y enmarañados doseles con ramajes que no dejan ver el cielo, de recoletos rincones y de tupidos senderos plateados, tamizados por tímidos rayos de sol y alfombrados de múltiples hojas, se han adueñado de nuestro ánimo con un dual sentimiento. Y no tanto por traernos a la memoria horas de nuestros años de mocedad, cuando acudíamos los rondeños a bañarnos en esta ribereña playa del Guadiaro, como la de que lugares de increíble disfrute y gloriosa belleza existen profusos y prodigiosos en toda nuestra Serranía y, desde eternidades, a nadie mejor que a nosotros esperan.



No hay comentarios:

Publicar un comentario