jueves, 22 de octubre de 2015

ESE HONDÓN DE NO MUCHO FONDO


     A una fosa, con no demasiado fondo, Zaide, compararíamos nuestra existencia. En el fugitivo transcurrir de ella, llenando vamos ese hondón con heterogénea mezcla de fortunas e infortunios, de vanos retos con los que pretendemos conquistar el inconquistable mundo, de alegrías que son suspiros, de penurias, de tontas presunciones y egoísmos que nos delatan y peores nos hacen. Colmada queda la fosa con nuestro cuerpo, postrer descarga que la clausura y sella a la par que nuestra gastada vida.

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