miércoles, 28 de octubre de 2015

ORO LIQUIDO


       Profuso oro líquido esparcieron por doquier las postreras lluvias. Si en ocasiones su intensidad pudo causar algún inesperado y pasajero daño en determinadas localidades serranas, cabe decir que su beneficio empapando las tierras y saciándolas en su sed del ardoroso verano, aderezándolas para acoger la sementera, fue de los que no tienen precio.
        También nosotros, en el vasto y montaraz escenario serrano, que aquí y allá andamos, recibimos con agradecimiento y alivio este don celestial que es al agua, precipitándose no a deshora, sino cabalmente en su tiempo, limpiando calles y rincones, no siempre atendidos como merecen o, en cualquier caso, prestando una altruista mano a los que cuidan de ellas.
       No es una ciudad la que nos acoge, ni lo son las poblaciones comarcales, lugares contaminados, pero aun así, es perceptible en el ambiente ahora, ese repaso que, como solícita ama, dio la naturaleza a su morada, que es, desde luego, la de todos.

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