Nacida en el exilio venezolano, a donde llevó a su padre sus ideas republicanas y donde murió, Margarita le oyó constantemente hablar de España. Con la mente puesta en un país con el que soñaba, no hace mucho se ha instalado ella, con marido e hijos, definitivamente en suelo andaluz. La llamada era muy poderosa.
Se ha propuesto ahora rescatar la figura del menos conocido de sus dos bisabuelos: la de Manuel, relatando su vida. Alguien, creyendo que yo podía darle datos de él, le dio mi nombre. Pobre de mí. Hablamos, eso sí, de una persona, como la de Manuel Troyano, a la que admiro y conozco poco. También de exilios, de los que algo sé. Como era de esperar, ella fue la maestra y yo el discípulo. No otra cosa hacemos en la vida, sino aprender sin parar ni un instante.
No hay comentarios:
Publicar un comentario