martes, 11 de febrero de 2014

TESOROS QUE NO CUENTAN COMO RIQUEZA



     Ni siquiera a solas, harías mal, Zaide, en mofarte de aquellos pocos entendidos que en vez de riquezas atesoran conocimiento, porque, en suma, no otra cosa representan los libros, perennes parcelas de saber plasmadas en papel o en cualquier otro material, anterior o posterior a éste, y que en todas las épocas de la dilatada historia de la humanidad, a algunos de nuestros congéneres, más ingeniosos, avispados, eruditos o curiosos, o una mezcla de todo, dictaron la intuición, el esfuerzo y la experiencia de toda una vida. Ten presente, que si algún orden, por muy impreciso y precario que sea, mueve hoy en día a la moderna sociedad y al hombre, como prístina célula gregaria de la pirámide, mucha de la evolución conseguida fue debida a la letra impresa.
      Y si en los presentes días podemos considerar como un bien duradero a un libro, también pudiera ser que, andando los años, ahora que desaparecen editoriales y librerías, se apuesta por otros evanescentes modelos, y que hasta los autores se pagan sin beneficio alguno la edición de sus libros, llegara el momento soñado, en que, hasta en su sentido material, el libro fuera de cierto lo que ahora no es sino metáfora e ilusión del alma:  una fuente de dinero. Por soñar que no quede.  


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