domingo, 9 de febrero de 2014

AHORA QUE LA FORTUNA TE DA SU MANO



     Ahora, Zaide, que la fortuna se muestra dadivosa contigo, que  el dinero abarrota tus arcas, y que lejos quedaron aquellos días en que la escasez se enseñoreaba de tu morada, no des de lado a la memoria, que nunca es sensato, porque evocar el pasado, quitarle su densa costra, con lo que de malo y bueno tuvo, siempre es fuente de enseñanza. Recuerda de paso, que los bienes terrenos nunca suelen ser eternos y sí, más pronto o más tarde, perecederos, y, de la misma forma, también,  que en los tiempos aciagos que amargamente viviste, maldecías al que teniendo en abundancia no volvía sus ojos hacia tu desgracia. No todos somos iguales de corazón, ni es un patrón aquél por el que debas medir tú, tus acciones de hoy, cuando todo son sonrisas. Aparta algunas de tus monedas para los que teniendo poco, a diario salen a tu encuentro. Eso no mermará tus caudales y te hará sentir mejor, más humano, más acorde con una realidad a la que no por triste fuera de tí, deberías perder de vista, sino tenerla presente en todo momento, ya que todo muda y no será extraño que lo que hoy es altiva cumbre, mañana torne en mísero suelo. 


 

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