jueves, 29 de marzo de 2012

INDECISA ANDA LA MAÑANA


        Indecisa anda la mañana de este marzo que finiquita, midiendo sus fuerzas con el gris de los cielos antes de tomar una determinación por dónde seguir. Algo así como la marcha de la huelga, a la que en las pequeñas ciudades pocos toman en serio, como si nada; y no porque la gente no entienda la sinrazón en que están instalados los Gobiernos, con medidas drásticas que sólo atañen a la economía de los débiles y pocas veces a la integridad de sus privilegios, enormes si comparamos con los escasos que gozan los más pobres, a los que, como en cualquier tiempo, se les fustiga con saña pidiéndoles más y más.
          Cuando se levantan las banderas del descontento, siempre es por algo; pero el aviso ahí queda, tan indeciso como la mañana de hoy, como las enseñas, ondeando al aire, muy sugerentes y prometedoras,  pero sin agobiar ni llamar la atención de los grandes despachos ministeriales, ni a sus ocupantes; salidas y excusas hay para todo, que en esto poco ha cambiado el mundo, ni, desde luego, los que lo manejan.

martes, 27 de marzo de 2012

VIENTOS DESCARADOS

        El ventarrón sin nombre ni destino fijo, sea cual fuere su procedencia, que desde hace unos días sopla y brama por todos sitios, nos tiene un poco alterada la mente y con ello las ideas. Dejando a un lado el descarado aire, que para nada enturbia la claridad y sol que baja de los cielos, se pensaría que el buen tiempo del que disfrutamos abogaría en pro de nuestro bienestar interior; sin embargo, somos más los que por estos lares clamamos porque vengan turbiones y aguaceros, que los que los rechazan, como enemigos de su tranquilidad.
       Entre estos últimos, como haríamos nosotros con idéntica ocupación para nuestro tiempo libre, se hallan los grupos de foráneos, extranjeros e hispanos, que, ¡aleluya! parecen salir con la poética estación en la que nos encontramos debajo de las piedras para darle algo de vida a esos rincones monumentales que tan necesitados estaban de su paso. Más que nada, aunque se diga que dejan poco dinero, porque la nuestra fue desde siglos una ciudad de visitantes, fugaces los más, pero que han acabado por darle mucho de su carácter a lo que hoy en día es. Un poco de ese desamparo que la embarga cuando faltan, es también  la nuestra, la de sus habitantes, habituados al abigarrado paso y canto de decenas de lenguas retando a la propia.

domingo, 25 de marzo de 2012

A MANOSEAR RELOJES TOCA

   
          Un buen pescozón nos parece merecería el que tuvo la idea de trastocar dos veces al año la marcha de los relojes; y es que lo cierto es que llevándola a cabo, de forma universal, además,  no sólo quebraba la estabilidad cotidiana y relaciones fraternales que manteníamos con estos medidores de nuestras costumbres y obligaciones, sino que, más que  nada, alteraba durante unos días inciertos también la de nuestros sueños; no los de gloria, fama o riqueza, evanescentes casi siempre, pero los que de necesidad requiere el cuerpo, para su regular funcionamiento. 
        Como todo el mundo, con apenas excepciones, es poseedor hoy en día de uno de estos infatigables observadores del paso de las horas, no es difícil adivinar que un trabajo no habitual, pero común, fue el que ayer, más pronto o más tarde, nos ocupó largo rato, buscando por toda la casa relojes, grandes y pequeños, para que, sin que se dieran cuenta, engatusándolos, moverles las agujas, porque los que también mueven al mundo, los gobiernos, así lo habían ordenado.  
         Y todavía menos habitual, y consecuencia de herirle a los relojes en lo que más le duele, en su marcha, es que esta mañana, brumosa y de aires indecisos, a pesar de ser festivo, con la tonta preocupación de llegar tarde a algo, andemos despiertos y en pie desde no se sabe cuándo. 
         

sábado, 24 de marzo de 2012

ESTA LLUVIA QUE CAE SIN APENAS GANAS


    Hemos clamado tanto por la lluvia, tan reacia este año a visitarnos, como si se tratara de parientes enemistados, que la imperceptible que cae, casi invisible, diminuta, mínima humedad de unos cielos amenazantes, pero desganados a la hora de aliviar la tierra sedienta y sólo palpable en la huella que deja en las calles, oscureciendo el gris de aceras y calzadas, nos alegra el ánimo, pero sin calmarlo, dejándonos un regusto de insatisfacción igual al que nos produce un acontecimiento deseado, pero que, al final, después de tanta espera e ilusiones, nos decepciona. 
   Aunque seamos enemigos de extremismos, uno invocaría ahora la presencia de esos aguaceros de antaño, corriendo desmadrados por las cuestas de nuestra ciudad, no subiéndolas, claro, que eso sería mucho pedir, sino bajándolas camino del río para engordarlo; rompiendo con fuerza en tejados,  rebosando canalones, pesando en los paraguas, deslizándose y recorriendo mil caminos en los cristales de nuestras ventanas y balcones, brindando con su frenético son por una primavera que haría próspera a otras estaciones. Al final uno piensa que la inconformidad es uno de los humanos vicios y que mejor sería dar la bienvenida a lo que nos regalan esas nubes, tan compactas, tan uniformes, tan similares y serenas.   

viernes, 23 de marzo de 2012

LECCIONES QUE NO ACABAN DE APRENDERSE


     En puertas de acudir pasado mañana a las urnas los andaluces, diríamos que durante la campaña ha habido dos actitudes muy distintas: la de los candidatos empeñados más que en transmitirnos su programa, su ideal, su discurso mejor para un gobierno equitativo que dé un rumbo innovador y un vuelco a los malos tiempos que nos vienen azotando sin piedad de ninguna clase, en hacer añicos el de la oposición, en un juego sin sentido alguno, en el que pocos se salvan; y otra la de los potenciales votantes, el pueblo, que no sin motivo ha dado, penosamente, la espalda a los periódicos escrutinios en los que se le pide su su opinión,  su partido o gobierno deseado.
      Ya hace tiempo que echamos por la borda, y con pocas esperanzas de recuperarlo, aquel prístino entusiasmo que desbordaba, con grandes colas, los colegios electorales; con que nos deteníamos llenos de curiosidad a ver pegar los carteles, o a contemplarlos, con que querían llamar nuestra atención las distintas opciones políticas. Apenas hay quien se detenga hoy a mirarlos, por muy sonrientes, peinados y trajeados que aparezcan las personas en ellos; por muy coloreadas, llamativas y rompedoras que suenen las consignas. El desengaño, ante tanta pillería, hurtos, despilfarros, de tanto atribuirse la propiedad de los demás,  unos y otros, es y sigue siendo grande y  la  gente, que además pasa grandes apuros económicos, corresponde a tamaño agravio con la peor ofensa para una democracia: olvidando, como si no existieran, a políticos, votaciones, campañas y demás. Quiero creer, pese a todo, que no vamos a ser menos los que nos acercaremos a votar el domingo que los que lo hicieron  en las últimas generales. Pero tenemos nuestras dudas.  

jueves, 22 de marzo de 2012

LA PERDIDA DIVERSIDAD DE NUESTROS PUEBLOS

                                                                       

       Con excelente atmósfera, aunque ésta, haciendo caso omiso al calendario, no nos ha dejado durante meses, hay algo que por estas fechas poco años falla: es esa nimia disputa que mantienen las brisas, una cuasi gélida, otra cuasi ardiente, alternándose, en la que, a no tardar, acaba por imponerse la más cálida, la que ya no nos dejará durante unos largos meses. 
      Con la buena faz del tiempo, al menos en teoría, estableciéndose en  campos y pueblos, estos últimos, muchos de ellos, aprovechan para celebrar fiestas, no las tradicionales, pero que puedan atraer gente a sus calles y dejar algún dinero. Son iniciativas que uno comparte; primero, porque es un placer inigualable, pasear, todavía, por ese primoroso conjunto de apiñadas casas y calles dormidas al sol que resbala de las montañas cercanas; segundo, porque ahora que Andalucía va perdiendo su diversidad (todos bailamos sevillanas, todos vamos al Rocío, todos bailamos al son que nos tocan la masa, y ¡ay! del que se desvíe) nos alegra conocer las diferencias existentes que, mucho más que aquellas repetidas estampas, nos unió siempre.
        Estos pueblos cercanos a Cádiz, Grazalema, Villaluenga, Ubrique, El Gastor, por citar no todos los del área serrana, tuvieron infinidad de cosas comunes con el nuestro. Nos alegra en cualquier caso que, uno de ellos, el de Villaluega, quiera mostrar la riqueza y delicia de sus quesos y, de paso, esos rebaños de cabras que entre el son de esquilas hace no tanto merodearon por nuestra niñez y nuestros riscos. ¡Que haya suerte!

martes, 20 de marzo de 2012

ASOMA LA DULCE PRIMAVERA

       Galopando, al ritmo desbocado de los días, o eso nos parece a nosotros, sin alharacas ni grandes titulares en los medios de comunicación, (que estos tienden más a husmear por todos los rincones del mundo buscando tragedias, por muy lejos que nos queden, de humanos y animales, para amargarnos las horas y el sueño), asomó su rostro dulce la primavera. También la arrumbó un poco, nos parece, celebraciones como la de los 200 años de la Constitución, la tan zarandeada, vilipendiada, loada o utilizada, según los casos, Constitución. Nos queda tan lejos aquel 1812 de su nacimiento gaditano que, aparte del loable empeño de unos pocos de  que había que dar un rumbo drástico a la sociedad y a la abismal diferencia de clases, poco más sabemos.  Tal vez fue ocurrencia no casual, de instituirla estando a un paso la llegada de la primavera; a ver si ese dato, infundía todos los años, cuando se conmemorara, un poco del vigor y del anual renacimiento renovador que aquélla concedía a la naturaleza. Idealismo y pragmatismo de la mano. Al menos, que esté todavía viva, con los ataques solapados o descarados que ha soportado, ya es mucho. 

domingo, 18 de marzo de 2012

UN MERCADILLO SIN PREGONES NI COLORIDO

                                                                                               


      En ese agónico y permanente mercadillo, sin pregones, ni colorido, gratis en cuestión de impuestos municipales,  que se ha instalado en los muros de las ciudades españolas, más visible y compacto en las pequeñas como la nuestra, se pretende comerciar con todo: viviendas, modernos oráculos, vehículos, objetos u personas; pero lo cierto es que la más absoluta inmovilidad atenaza no sólo a los textos adheridos a las paredes sino a la finalidad de éstos de que alguien acuda a interesarse por la oferta, a la vista de todos, noche y día, hora tras hora.
      Sin querer, pues, se nos mete por los ojos este tipo de llamadas a los que siempre nos gusta curiosear lo escrito; mucho más cuando algunos de ellos se presentan, como el de la foto, con un patetismo digno de tragedia clásica. La voluntad, a la que tan reacio somos casi siempre; únicamente la voluntad, por un trabajo de  profesional, experto en soldaduras y en otras muchas habilidades, dispuesto a hacer de todo; nada más que con la voluntad, tan precaria, tan remisa, cuando nos toca atenderla,  se conforma, es lo que solicita para poder vivir, comer,  lo que mendiga esta persona que, con seguridad, vio mejores tiempos que los que ahora lo ahogan. 

viernes, 16 de marzo de 2012

LOS OLIVOS ESTÁN TRISTES

      Para echar más leña a la hoguera de la melancolía en la que, actualmente, a casi todos nos arden algunas de nuestras ilusiones por mor de los actuales tiempos, un amigo me decía contemplando el campo y sus cultivos: "los olivos están tristes". Y ciertamente lo estaban, con menos prestancia en su modestia de árbol que da mucho y pide poco, y en el apagado brillo, que ya no era tal, de sus hojas. Es una fatal noticia, porque no sólo es tristeza del olivo sino de gran parte del campo, a quien como nunca le faltan males, ahora la de la pertinaz sequía tiene sumido en una depresión de las de aúpa.
      Es que se dice que no hay beneficio que no perjudique a otra cosa. Y este primaveral tiempo, más veraniego en realidad que eso, si es delicioso para viajes, hacer turismo, y pasear con la tranquilidad de saberse protegido por la calma de los cielos, es horrible para el crecimiento de las cosechas, el consumo del agua, el correr de los ríos y para nuestra propia naturaleza, habituada a las estaciones y a que cada una venga arropada con lo que se espera de ellas: lluvias, fríos, calores, por muchas molestias que den: otra cosa sólo acarrea daños a la larga, y esta sequía ya los está causando.

martes, 13 de marzo de 2012

VUELVA USTED MAÑANA, O PASADO, EL CASTRO ESTÁ INTERVENIDO.


      No parece que haya pasado tanto tiempo desde que Larra, escribiera su célebre artículo, "Vuelva usted mañana", desesperado con la inoperancia e ineptitud en que se movían los organismos oficiales en los servicios que debían prestar a los ciudadanos. Tres largos siglos han transcurridos, no obstante.
     Lo decimos, no sólo por esa lentitud en que hoy, todavía,  se desenvuelven esas mismas instituciones, sino, igualmente, porque pese al progreso, la modernidad o el europeísmo comunitario en el que estamos inmersos, para uno que viva en provincias, como es el caso, aunque la ciudad no sea tan pequeña, cuando andan por medio los organismos oficiales y sus comunicaciones, si medianamente se quiere que la cosa funcione, es decir, enterarte de lo que te piden y exigen, sin que un inmediato recargo te caiga encima,  lo sensato es desplazarse a la capital, Málaga, para nosotros.
      Para allá íbamos hoy, mal día en el calendario parta muchos, martes y trece, aunque a nosotros el vaticinio nos importara poco. Teníamos una cita en el catastro. El error era de bulto, por parte de ellos, pero sabíamos que si no andábamos listos, el asunto, pese a su claridad meridiana, nos costaría tiempo y dinero si es que queríamos resolverlo por otros medios, los epistolares o telefónicos.
     Madrugar para que el tren no se nos fuera. Caminata, después, y premura para llegar puntual a a la cita. Y sorpresa mayúscula a nuestra llegada a las dependencias. El centro estaba tomado por la brigada anticorrupción. Tantos guardias había como ordenadores, preocupados de que sólo a ellos confiaran sus indignos secretos.
     Con el rabo entre las piernas, temiendo males mayores, que en este país nunca se sabe, a toda prisa retomamos el camino de vuelta; esta vez en autobús, pensando, que a la casi bíblica frase de Larra, habría que añadirle algo muy a tono con los tiempos que vivimos: "Vuelva usted mañana, o pasado, o al otro, que el catastro está tomado por la guardia civil".

domingo, 11 de marzo de 2012

PEQUEÑITA PAZ EN MI BALCÓN

                                                                       
     No tiene horas de llegada, aunque siempre escoge las no barridas por fuerte sol, cuando la tarde empieza su declive y se mezclan con desgana las sombras y las últimas luces del día. Ante de decidirse a escoger asiento momentáneo, juega primero al engaño por si alguien la estuviera siguiendo con no probadas  intenciones. Lo intenta en lo más alto de la baranda del balcón, como si quisiera fisgonear el interior de la casa. Luego planea sobre el tejadillo que se levanta bajo el balcón, iniciando un salto entre espacio y espacio que se diría un vuelo fallido, porque durante mínimos segundos, en el aire, aletea haciendo un ruido que, aunque aparatoso, amortigua la barrera de los cristales sin herirlos apenas.
       Lleva unas semanas viniendo. Desde hace menos, le espera mi mirada y mi persona dentro, con las que ha establecido una cierta familiaridad. Desde que se ha cerciorado que soy de fiar, ni siquiera se asusta del pronunciado objetivo de mi cámara cuando intento retratarla, ni de sus giros proyectándolo para captarla. Hierática inmovilidad la suya, si sólo se mira al gris de sus plumas, con engastes de blanco y negras bandas cruzándola. Constante agitación en sus ojos, dos monedas de a poco, relucientes, y en su cuello y albor de su diminuta cabeza que agita como sacudidos por un mecanismo de intermitentes chispazos.
      También yo miro con curiosidad a un animal en el que se ha simbolizado la paz, una paz que nunca ha conocido el mundo. Como privilegiado que soy en ese aspecto, la miro gozando de la tranquilidad  y quietud momento; si  pensar en nada, sin prisas, hasta que quiera irse, como si de ello dependiera esa paz que difícilmente contemplará jamás,  en su universalidad la tierra.
   

jueves, 8 de marzo de 2012

AMOR AL TERRUÑO

     El amor al suelo natal suele ser uno de los fieles compañeros de viajes que nos siguen hasta la misma muerte. Que este apasionado romance no se convierta en fanatismo, trocando una ejemplar forma de ser generosos con el lugar en que vemos la luz primera, en un erróneo planteamiento de anteponer a capa y espada lo nuestro y nuestras cosas a los demás, como si la belleza, la sal, o el ingenio no tuviera otra ubicación que la propia, por mucho que sea su notoriedad o atractivo, es el abismo en el que muchos nos precipitamos. Ancho y deslumbrante es el mundo que nos acoge. Belleza envuelve a nuestro entorno y belleza inunda cualquier otro rincón terreno. No  renunciemos nunca  a ese amor a lo propio, por muy apasionado y  humano que pueda ser; pero, en parecida medida, tampoco clausuremos nuestro corazón, nuestra mente, a otros amores de ese inmenso archivo de maravillas que encierra la tierra.

martes, 6 de marzo de 2012

SIN PARADA NI FONDA



      Un viaje en un tren rápido, aunque todos los son hoy en día, tienen eso de moderna novedad con respecto a pasados tiempos, que carecen de paradas y de fondas: de paradas, porque da la impresión que la misma velocidad que se imprime hoy al convoy de arranque haría difícil su detenimiento a intervalos cortos, como era antaño su formalidad; de fonda, porque también era obligado que esta clase de modesto hospedaje, desaparecido también hoy del léxico y del panorama urbano, acogiera, sin mucho avanzar en la distancia recorrida, a un sector de la población que se ganaba la vida en los vagones, vendiendo frutos, baratijas, dulces y con mil trapicheos que cuesta entender a los que no lo han vivido.
      Por la misma razón, a los que hemos participado un poco de ese ayer y de este hoy, también nos cuesta creer que sean suficientes tres o cuatro horas para salvar muchos centenares de kilómetros. Da un poco vértigo, no ya la velocidad, (que al no estar en nuestros miembros locomotores su origen poco se nota) señorialmente sentados, sin estorbos, ni bultos que lo impidan, viendo esfumarse paisajes, casas, ganados y campos en un santiamén, sino el que nos pone a pensar si vale la pena sumirnos en tanta prisa, tanto trasiego, en esto y en otras cosas para llegar a los mismos sitios, pero mucho más agotados, y ganar unos minutos para emprender otras nuevas, que nos destrozarán anímica y físicamente más y mas; de tal forma, que no es sino perdido lo ganado. 

jueves, 1 de marzo de 2012

PARA NO EXTRAVIARNOS DEL TODO


    Para no extraviarnos del todo en este mundo y en el espacio en el que nos tocó nacer y vivir, pusimos los humanos marcas en el tiempo, como citas al pie de página de un proceso que nunca ni por nada se detiene. Le ha tocado ahora a marzo, quien hoy acaba de ocupar su solio. Con el mejor de los empeños  lo saludamos, esperanzados en que todo eso que en teoría alberga, golondrinas, equinoccios, rosados brotes y días más largos y luminosos, traiga sosiego a nuestros zarandeados espíritus, siempre en jaque cuando no es por alfa, lo es por omega. Como principio y fin tienen sin excepción las cosas, eso esperamos para los que le van de mal en peor, que son legión. Y que se mantenga la quietud para los que tienen la fortuna de su lado, que son los menos.
    De Martes, en su prístino origen, le viene el nombre a nuestro mes. También clamamos, por ello, que entre las dos corrientes que lo llevan, la bélica y la lírica, el de la guerra del mítico dios y el de la primavera, se incline por darle preferencia a ésta, y  no a las huelgas, recortes y pobreza, que sería la peor de las elecciones.