miércoles, 27 de abril de 2011

TODO SE VENDE O SE ALQUILA.

                                                                                         
          Todo se vende, o, como mal menor, se alquila. Un voraz daño que parece no tener fin, ni lugar ni vía que pueda desprenderse de él. Una economía, la del comercio local, que en unos meses se ha visto abocada al más negro de los destinos: el del cierre.
          No están  tan lejanos los días en que por el alquiler de una superficie de un centenar de metros, o aun menor, se pedían cifras demenciales. Era algo que todos vaticinábamos:  que,  tarde o temprano, sus dueños, exigiendo tan elevadas rentas, colocaban la primera piedra de la hecatombe futura. Habrá que lamentarlo, como en  otras ocasiones, por los mayores perjudicados; por los que, pese a todo, instalaban un azaroso negocio, viéndoselas y deseándolas para hacer frente a la mensual y desorbitada renta, a los impuestos, y echar incontables horas para sacar algún producto con que vivir.
          No sólo es el caso de nuestra calle la Bola, sino el de todas las calles mayores o principales andaluzas. 

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