martes, 12 de abril de 2011

Un grito de duradera huella

                                                                                       

          Gritos se oyen muchos todos los días, vociferados por causas muy distintas y de los que, casi siempre, se nos escapan las causas, si es que no somos nosotros los emisores del destemplado sonido.
          Por una vez, por un grito, este digno de no perdérsele el rastro, ficticio, aunque basado en miles reales, que se seguirán produciendo hasta el final de los tiempos, tenemos que congratularnos. El Grito es el título de la novela con la que un serrano, un montejaqueño, ha ganado uno de los premios más conocidos y prestigiosos de España: El Café de Gijón 2010.
          Antonio Montes es su joven autor, muy relacionado con Ronda, además, por haber cursado el bachillerato en un instituto de nuestra ciudad, brillantemente, por cierto, como indica la beca que en su día le otorgó la Maestranza rondeña para proseguir con estudios superiores.
          Precisamente en una de las salas de la referida Institución rondeña presentó ayer, día 11, su novela Antonio Montes, ya por la tercera edición. No mucho público para lo que merecía el acto, pero ya sabemos el poco entusiasmo que levantan, sea cual fuere su importancia, los culturales por aquí.
          Nuestra enhorabuena, a su autor que, muy inteligentemente, ha mirado antes que nada a su pueblo, a Montejaque, donde se desarrolla el argumento de la novela, sin buscar escenarios más lejanos y menos entrañables. Y también al mismo Montejaque porque ya tiene un hijo más del que enorgullecerse.

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