jueves, 30 de julio de 2015

POR LAS CRESTAS DEL ESTÍO


     Por las estelares cumbres de un estío de tenaces hogueras y próvidas luminarias, apabullados caminamos. Arrasó su hermano mayor, julio, con todo lo que a su devastador paso hallaba, para tornar  verdor en páramo y amable fronda en estéril pedregal.
     Desvanecido, arrinconado en la buhardilla del recuerdo, queda el fugitivo soplo de otros agosto de antaño, de doradas cosechas, redondas heredades, atronadoras trillas y paja en remolino al viento de la mañana, de frío al atardecer en los atezados rostros de meridionales campesinos. Todo ahora, nada más que un lejano ayer, con nula relación, a no ser la del nombre, con este y otros últimos agosto, una


 mota, con alguna luz todavía, tenuemente brillando en el archivo de nuestra cansada memoria.

martes, 28 de julio de 2015

¿SERÁ LO QUE NOS ESPERA?


     Muy ufano y altanero, con un amago de estudiada provocación, se dispone a dejarnos un mes que ha querido ser más de lo que era, de lo que sesudas mediciones y probos meteorólogos preveían, en un intento de todo punto logrado de pasar a la historia de lo que nos llega de los cielos, como un julio en el que hasta los frescos manantiales y arroyos arrojaron llamas, como si de incandescentes hornos sin fondo se tratara.
      Cal viva sin domar, aceite hirviendo, despedia todo, siendo la otras veces acogedora sombra, un tenaz ardor más, cárcel que no refugio. Confusos inquirimos, si esto será nada más que un débil asomo de lo que, por nuestros desvaríos y monumentales pecados contra una tierra a la que flagelamos y no mimamos, nos aguarda a la vuelta de la esquina, sea julio sea enero. 

viernes, 24 de julio de 2015

NO ES NADA AÚN


     No es nada la mañana aún. Ni sombra ni llama. Ni odio ni pasión. Ni iris ni cristal.  Ni noche ni amanecer. Ni aliento ni desaliento.  Ni alegría ni dolor. Ni sueño ni desperezo. Ni muerte ni existencia. Ni brisa ni vendaval. Ni esperanza ni desespero. Ni tú ni yo. Ni inicio ni conclusión. Ni albura ni borrasca. Ni cauce ni pedregal. Ni amargor ni dulzor. Ni olvido ni recuerdo. Ni cañada ni cumbre. Ni bostezo ni vigor. Ni merced ni castigo. Ni acogida ni adiós. Ni páramo ni jardín. Ni refugio ni mazmorra. Ni calma ni temporal. Ni certeza ni falacia.  Un rumor que no es sonido. Un amago que no cuaja. Un temblor que no cunde. Un clamor que no es más que silencio.  No es nada la mañana aún. Ni siquiera tú ni yo.

miércoles, 22 de julio de 2015

NO ES PARA LLORAR



     Mal nos iría a más de uno, cargado de años y de los prejuicios con que estos nos fatigan, si como a don Quijote "del poco dormir y mucho pensar", se nos secara el cerebro.  Parécenos que somos multitud en estos días los que obligados nos vemos, y no por propia voluntad, a actuar de un modo no tan habitual, a dormir mal y a deshoras, por ejemplo,  o a no hacerlo cuando es de ley.  El consuelo, es que sea la atmósfera, irrespirable por lo ardiente e infrecuente, y no ninguna desconocida enfermedad la que esté preparando sus ejércitos de bacilos para apoderarse nocivamente del buen funcionamiento de nuestro cuerpo.
     Salvo esa incertidumbre, tampoco es para echarse a llorar por estar en pie cuando no se debiera, porque todo se moviliza en estas horas de  impenetrables sombras que se mueven en torno a un envidiable campo de quietud y augusta serenidad que, aun sin querer, te empujan a emprender no importa qué afanosa actividad, lo que es impensable de día, con ese sol de justicia y embotados tus pensamientos y decisiones más simples.


lunes, 20 de julio de 2015

AMARGAMENTE TE QUEJAS



            Amargamente te quejas, Zaide amigo, de tu mala fortuna, adversidades y más adversidades. Te lamentas de que lo que otros encuentran como por encanto al nacer, o les viene a las manos como llovido del cielo a lo largo de sus humanas existencias, a tí te cueste un mundo conseguirlo, si es que llegas a hacerlo, porque no siempre hallas la forma.
           Te respondería que son meras excepciones las que refieres, y que, aunque en ello no quieras encontrar consuelo, multitudes ingentes serán las que, al igual que tú, habrán de atenerse sin ninguna ayuda ajena a sus propios medios y a los que, como te sucede a tí, costará sudores, horas de insomnios y privaciones alcanzar lo que persiguen. En nadie que sea más beneficiado que tú por dones, provengan de donde sea, deberías pensar; sí en que cuando a aquellos privilegiados de los cielos los tumben tormentas y vendavales, que con seguridad les soplarán, a tu vera pasarán como juguetonas


brisas, porque tu fortaleza, ganada a pulso, tu capacidad de sufrimiento, el grosor de tus muros, nunca será el feble de los suyos.    

jueves, 16 de julio de 2015

EL ENEMIGO EN CASA



      Con harta impunidad, el azote de fuego que nos visita sin querer dejarnos, ni ceder ni una pulgada de terreno, viene, entre otras cosas, a destrozar el concepto que teníamos de la casa propia, del hogar, como refugio a prueba de temporales malévolos, del cuerpo y del espíritu, de fortaleza de leyenda.
     Esa poderosa sensación de entrar en la vivienda, cerrar puertas, y si hacía falta postigos y cortinas, y, de inmediato, considerarte a salvo de no importaba qué asechanza o peligro, es mero papel mojado en estos días de desértica atmósfera, ya que el enemigo a combatir, a poner distancia, cuanto mayor mejor entre él y tú, se ha colado sin oposición alguna por los que fueron tus inviolables dominios de siempre; de manera, que, tanto dentro como fuera, se halla al acecho tu enemigo, en pie de guerra,  asestándote puñadas y bofetadas de calor. ¿Dónde, pues, buscar amparo, hacerse fuerte como el adversario, a la caza de una bocanada de alivio, de frescor?

martes, 14 de julio de 2015

LA SOLEDAD DEL ERMITAÑO

     La soledad del ermitaño, pues nadie te acompañará en tu peregrinar, y la paciencia del caracol para llegar a su destino, necesarias te serán para entender las descomunales injusticias de este mundo, sus traiciones y burlas, sus escollos y quebrantos. Con certeza, una de las de mayor afrenta y amargor, contemplar las barbaries de las guerras, sus destrozos y muertes, en las que, como en todo, la peor parte la soportan los más inocentes, los más débiles; puede que los más ignorantes, pero también los de corazón mas noble.No detener una guerra, ni alimentar a esa infeliz y masacrada multitud de la humanidad que carece de pan y agua podrás, que son acciones que no están en tus manos. Sí, a la altura de tus posibilidades y pensando en todo ese escenario de dolor y sufrimiento, intentar algo en la distancia, una pizca aunque sea:  para que una lágrima que no llega a resbalar; para donar una prenda que ponerse, un plato de comida, una píldora que alivie una dolencia. A eso puedes contribuir con tu desprendimiento. Te sentirás mejor, más en conformidad con lo que debería ser misión esencial y cotidiana de los que algo tenemos. 





domingo, 12 de julio de 2015

DIFUSA LUZ DE ESTIVAL AMANECER



     A la difusa luz del amanecer, más que nunca en estas fechas estivales, nuestra ciudad adquiere perfiles de cosa ideal. Oculta imperfecciones con las que la fuimos vejando, a ella que casi alcanzaba la perfección de soñado lugar donde vivir, y recobra un poco con esa atmósfera el estar y el no estar, de mágica aparición que amenaza con desvanecerse al primer latido, a la inexperta primera pisada del día.
       Una tenue pero reconfortante brisa, que sube tenaz de la entrañas del abismo, donde se desmayan las aguas del río, brincando de risco en risco, asume galones de innovadoras mudanzas. Dura, apenas nada, ni un suspiro. Más un deseo que una realidad, que, en presurosos instantes, agosta, hace añicos,  otra luz más cargada de albas claridades, más enérgica, más destructora de sueños. Apabulla a cuanto antes hubo de misterio y de poesía, en ese enormemente perezoso despertar de la mañana, del día que, ahora, se toma su tiempo para asentar sus alborotos y prisas, sus más imponentes fuegos.

viernes, 10 de julio de 2015

QUE TE ARROPE LA TERNURA


     Si quieres que un sentimiento te identifique, arrope y abandere, no te olvides, Zaide, de ejercitar tu espíritu para que sea tu dueña, y a la vez tu solícita fámula, la inefable ternura. Siempre alejada de cualquier ruidosa exaltación; de la que no manan desafueros y furores, sino enjambres de amores que fin no tienen; un desvivir por ser parte de otro ser; un desasosiego por remediar sus males, si los tuviera; de cuido y no descuido, de guardarlo de sus años, que en balde no pasan, de sus temores y asechanzas. Con otros ojos te harán mirar la ternura a los más cercanos:


a tu mujer, a tus hijos, a tus padres aunque ya se fueron, si con ese sentimiento lo contemplaste cuando vivos. Es un paso de nada, además, para ver a los que no son nada tuyo, como si lo fueran, con idéntica mirada.

miércoles, 8 de julio de 2015

NOCHE SIN ALMA



      A esta noche, aunque en sombras, como corresponde a su condición de centinela de tinieblas, se diría la han invadido una legión de invisibles y oníricos soles furiosos, de sofocantes, diligentes y obcecados rayos, tal es el ardor que se sufre, si, con valor, se osa ocupar un mínimo hueco en su exterior y fogosa atmósfera.
       Rompe, por eso, la de hoy,  con una rigurosidad que es casi castigo divino, el equilibrio de otras noches añoradas, plenas de olores de jazmines, en torbellinos de blancura y seda, de adormecidos pero satisfechos piares, de rumores de voces y risas; noches  que parecían días por su bullicio y suave deslizar de vida. De todo, clara, abiertamente carece la que ahora nos aturde y deja nada de margen para un sosiego que, para nosotros, a causa de esa mezquindad,  queda lejos, muy lejos, endulzando a otros hemisferios y horizontes, en realidad.

domingo, 5 de julio de 2015

OLÍA A MAR LA MAÑANA.


     Olía a mar, a mar aquietado, y cercano. Con esta invasión descarada de los calores, agobiantes, impertinentes, abanderados de esa multitud que, con mínimas oscilaciones nos van a acompañar unos meses, paseando esta mañana por nuestras calles, abarrotadas de turistas de otras latitudes, de esos que no sólo no temen a a la permanente incandescencia de nuestros cielos, sino que es lo que persiguen en todo momento, nos ha dado en pleno rostro, extrañamente, porque de eso no nos consta que tengamos, un tibio olor a mar. Ignoramos si estas ondas de ardientes flamas que andan en la atmósfera hoy, actúan como alado e invisible puente entre el Mediterráneo, y nuestras montañas, trayendo y llevando brisas, de allí y de acá, intercambiándolas; el caso es que la mañana, nuestra ciudad, nuestros rincones, esta desnuda mañana de finales de junio, olía a mar, un olor inconfundible; a mar, y a verano meridional, de los que se hacen notar, de los que nos hacen sudar.


viernes, 3 de julio de 2015

NO SEAS, TÚ, ZAIDE.



     No seas tú, Zaide amigo, de aquéllos que cuando la hora de la muerte les llega no lamentan tanto la irremediable venida de ésta, como las riquezas que tras de sí dejan, ya sean fantásticas mansiones que a los cielos desafían, grandiosos navíos, a los que se dirían los océanos les pertenece, históricos castillos, imponentes automóviles, pedrerías o cuadros cuyo valor ni se calcula, porque puede ser cualquiera.
      Más dulce y humana será tu despedida para enfrentarte a ese misterio insondable, del que todo lo ignoramos, si, nada,  salvo el amor de tu familiares y amigos, un recuerdo permanente, dejas. Atente al sabio proverbio: "Desnudo nací, desnudo me hallo. Ni pierdo ni gano". No hallarás la felicidad en acaparar durante toda tu vida sin tino, que pocas son las cosas que de verdad se necesitan para vivir en paz contigo mismo y con los demás, y menos, desde luego, para en paz abandonar este mundo.


miércoles, 1 de julio de 2015

ANDA JULIO



     Presumiendo de altanero, lleno de pujanza, y con la exuberancia de una juventud que a la vista queda, comienza su andadura este julio de denominación tan sonora y familiar que, en el calendario, en este terreno, no hay quien le eche el guante.
     Pero no sólo por estas historias y por su relación con los célebres Césares romanos resalta este mes. Igualmente, por sus cielos inmaculados, sus imponentes ardores, en creciente marcha, cada año que pasa y sin ánimos ninguno de parada que, para eso, por medio andan las trapacerías y mal obrar de los humanos, influyendo nefastamente, hasta el hartazgo, en predios que siempre se consideraron celestiales, y por ello fuera de su alcance. Son los que gobiernan al mundo, los que hacen y deshacen, en esto y en casi todo. A los demás sólo nos queda mirar y preguntar cuál será la próxima irremediable catástrofe en la que nos metan.