martes, 28 de julio de 2015

¿SERÁ LO QUE NOS ESPERA?


     Muy ufano y altanero, con un amago de estudiada provocación, se dispone a dejarnos un mes que ha querido ser más de lo que era, de lo que sesudas mediciones y probos meteorólogos preveían, en un intento de todo punto logrado de pasar a la historia de lo que nos llega de los cielos, como un julio en el que hasta los frescos manantiales y arroyos arrojaron llamas, como si de incandescentes hornos sin fondo se tratara.
      Cal viva sin domar, aceite hirviendo, despedia todo, siendo la otras veces acogedora sombra, un tenaz ardor más, cárcel que no refugio. Confusos inquirimos, si esto será nada más que un débil asomo de lo que, por nuestros desvaríos y monumentales pecados contra una tierra a la que flagelamos y no mimamos, nos aguarda a la vuelta de la esquina, sea julio sea enero. 

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