jueves, 27 de enero de 2011

A dos pasos del mar, Ronda.

   El emporio que para el dinero fue Marbella, se ha venido abajo a ojos vista. Aparte del sol andaluz y el clima cálido de su entorno, gran impulsor de su fama, como en toda la costa malagueña, resultó el nivel de vida español, tan por debajo del europeo, en los años sesenta y setenta, como para vivir de su sueldo o pensión, como un sultán, lo que atrajo a los naturales de otros países. Su masiva llegada, proporcionó entonces, dinero y trabajo, un factor positivo, sin duda.
   El descontrolado crecimiento urbanístico de la población, después, sin tasa ni medida, que no respetó leyes, enriqueció a especuladores, fue, por contra, un desastre esperado para la ciudad y el que unido a otras circunstancias económicas actuales, han provocado la huida de muchos residentes y el cambio de opinión de otros posibles.
   Triste es, dentro del decaimiento general, el aspecto que presenta ahora la Marbella comercial, la más exterior, francamente desolador, con escasos viandantes, calles vacías, y estas con filas que parecen no acabar nunca de locales cerrados y carteles que anuncian su alquiler o venta.
   Recuerdo en sus años dorados, y hasta transcurrir muchos, que, en agencias de viajes y negocios dedicados a excursiones, que pocas referencias, pese a su cercanía, se encontraban de Ronda.
   La oferta, ahora, y desde hace tiempo, abundantísima, hasta permitir explotar el turista o aficionado, muchas de las numerosas posibilidades con que cuenta nuestra tierra, para un buen catador. Hasta las inmobiliarias, y esta de MaxiRed, se dice uno de los líderes mundiales del sector, dedica en una lujosa revista de ciento y pico de páginas, su número de invierno, un extenso reportaje que copa la mitad del ejemplar, en inglés y español, a  Ronda. Aunque el texto dice algunos disparates, las fotos son magníficas y la calidad del conjunto impecable.
   Para los coleccionistas e interesados de cosas sobre nuestra ciudad, en algún que otro expositor a las puertas de negocios de esta actividad, en Ricardo Soriano, la calle principal, sobre todo, queda al alcance de cualquiera ya que es gratis. Tras hojearla, lamenté no haber cogido algún que otro ejemplar, para los amigos que gustan de estas cosas, como el que escribe; en este caso, sobre todo por las fotos.

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