jueves, 14 de abril de 2016

LEVANTA DESGANADO EL TIEMPO


     Levanta desganado el tiempo, pero no los ánimos, que, con todo lo que de malo, sin nunca parar, nos trae cada mañana o tarde de titulares con nuevas faenas de los que nos vienen gobernando, nos hace preguntarnos si es suerte o desgracia haber nacido y vivir en un país como este, o en una región en la que si no fuera bastante con ser de las más empobrecidas de la Unión Europea, desde dentro se le azota a sus habitantes con impuestos tan desproporcionados e injustos como los que atañen al derecho de sucesión.
       Entretanto, al menos, parco consuelo, con tantos dislates y felonías, para no amargarnos la existencia más de lo que ya la tenemos, deberíamos celebrar el engranaje definitivo de la estación en la que nos hallamos y exclamar con el poeta aquello de "La primavera ha venido/nadie sabe cómo ha sido". Lo cierto es que las ramas de los árboles se han desprendido de su total desnudez, llenándose de brotes, pequeñitos todavía, como pelusas detenidas.
Y es un espectáculo que no por vivido antes, dejemos de admirar, con ese casi umbroso dosel que, por ejemplo, en nuestra Alameda, es ya una realidad, que puestos a comparar con la que nos llega en el sentido de arriba, es pura gloria y honestidad de la naturaleza.

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