lunes, 1 de septiembre de 2014

DE LUENGO Y TRABAJOSO NOMBRE ES EL MES


     Presume el mes de tener más letras que nadie en su atávico nombre, interminable y dificultoso como un día de hambre, pero no de días, que en esto más vale callar y no hacer innecesarios alardes.


Igualmente, de empresas mayores como son cerrar y abrir estaciones y, en consecuencia con este grave proceder, otro menos serio como es el de obligar a sus humanos vasallos a mudar de prendas y vestuario con un celeridad que, a veces, no deja de asombrar; pero no tanto, por sabido y experimentado desde luengos años, que a veces septiembre se duerme, y, por estar navegando entre dos aguas perennemente, le acometen dudas de por dónde encauzar su nao: si perseverar por ardorosos senderos de sofocos o exudaciones, que en ocasiones están ya fuera de lugar, o actuando como avanzadilla de su padrino, el desbocado corcel que es el tiempo, aperturar brechas y rendijas por donde vayan entrando nuevos aires, nuevos cielos, nuevas esperanzas, que, irremisiblemente,  como suele ocurrir, quedarán, un año más,  en sólo eso, en nada.   

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