martes, 3 de mayo de 2011

RETORNAN LOS RUIDOS

          Después de dos días festivos, copados por un tiempo tristón, de cielos encapotados y pertinaz llovizna, han reaparecido los ruidos; no el del tráfico, más constante, apagado y que pocas veces cesa.
          Me refería a los más sonoros que producen perforadoras, martillos automáticos, picos, palas, y todos los utensilios obreros con que estos se esfuerzan en taponar las heridas de baches, hoyos, ladrillos, adoquines, boquetes o desniveles, de vías y aceras, en especial si quedan a la vista; todas aquejadas por el común mal de llevar eternidades sumidas en la incuria de sus desperfectos.
          Bueno es que se dé ocupación al que lo precisa, que son multitud; malo que semanas, meses y años, el ciudadano haya soportado las molestias de estos desperfectos que a nadie más que a él parecía importar, hundiéndose en sus profundidades, chapoteando agua, lodo, o provocándole torceduras y esguinces.
          La improvisación de unos años, repentinamente, se transforma en milagrosa e imperiosa actividad reparadora,  para, (¡Dios nos asista!), transcurridas las próximas elecciones, dormir el sueño de los justos de nuevo, sin preocupar, otra vez, cómo estén vías, aceras, pasos y demás. En fin, un hermetismo más de los que uno no entiende mucho, o tal vez, por una ocasión,  todo.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario