jueves, 17 de marzo de 2016

MALES DEL PUENTE


    Al miles de veces loado, pintando, retratado, dibujado o cantado Puente Nuevo, lo corroe y desgasta a ojos vista, no la polilla que, salvo transformaciones milagrosas solo ataca a la madera, y jamás a la piedra, sino variados males, como son filtraciones de agua que van arruinando, aunque en el exterior no lo parezca, sus sillares, con peligro de hundimiento. Y ya que hablamos de esta posible catástrofe, hundidos han quedado, si se fijan, los balcones de uno y otro extremo, de tal forma que los asientos por el alzamiento de las aceras en obras posteriores, están al nivel del suelo, o lo que es decir han dejado de tener la utilidad para lo que fueron pensando, para tomar un respiro. ¿Desde cuándo, si es que alguna vez se hizo, se ha tratado de reparar la carcomida piedra del pretil y los baches de las aceras, que con cuatro gotas se hace impracticable su paso? ¿Cuándo tenderemos la mirada a lo que de más mérito y fama tenemos y dejaremos de preocuparnos por otras cosas que no la tienen?

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