jueves, 19 de febrero de 2015

¡ BIEN LLEGADA SEAS!



      Muy en su línea de imprevisible y descocado, atiza con fuerza el mes, acrecentando, cabezota, una fama que no es de hoy ni de ayer. Nos parece después de todo, que si hemos de buscarle con justicia un apodo para sus desmanes, que no son tales, apropiado le vendría el de pródigo y sensato, no el de loco, porque nada más emanan de sus días mudanzas que, llámense fríos, llámense aguas, llámense vendavales, frágiles luces o prietos soles, en sí lleva todo esa mezcolanza de elementos el germen de un real equilibrio, tan necesario para el exacto concierto de cuanto nos rodea como, para el
propio nuestro.


        Confiados en la infalibilidad y beneficio de ese proceso inmarcesible, que se repite desde que la tierra es tierra habitable, por mucho que a veces nos pese, sólo nos cabe decir: ¡bien llegada, seas hielo, lluvia, nieve, bruma o la forma que adquieras!, que con más sentido vendrás, con seguridad, que el que empleamos los humanos.

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