miércoles, 13 de agosto de 2014

FUNCIONES A POCO PRECIO PARA SOBRELLEVAR LOS AGOBIOS DEL VERANO



      Ajusta las tuercas de sus agobios agosto, y es lo razonable porque de no ser así algo andaría torcido en la maquinaria precisa e infalible del tiempo, que, salvo minucias, no ha de mudar en su esencia, ni se sujeta a humanos mandatos, con los frecuentes estropicios que estos provocarían. De lo que no se le puede culpar al verano, al igual que a ninguna estación hermana, es de no ofrecernos, magnánima, espectáculos soberanos que, si hubiéramos de pagar entradas por ellos no habría con qué hacerlo y nos daríamos palos por contemplarlos. Que, como todo lo que proviene de la madre naturaleza, excluya cualquier tributo pecuario, tendría que ser  un valor añadido que nos hiciera apreciar más lo que tan graciosamente se nos concede.
        Ni repeticiones, ni las mudanzas de sus fases restan magnetismo, en lo que a uno respecta, a esa proximidad estos días de la luna a nuestro planeta, y su redondez y  blancura, como garabateada por un niño, reinando en los cielos como nunca, se observa con la fascinación de una primera vez. Y qué decir de esa lluvia de estrellas de anoche, asaeteando los cielos, surcándolos, colmándolos de piruetas y luminosos senderos, tal una llamada, una promesa de acogida cierta, de estelares cobijos para cuando por aquí no estemos



         

No hay comentarios:

Publicar un comentario