martes, 3 de junio de 2014

VIDA Y SUEÑO



      Tengo mis dudas, Zaide, si a esto de dormir en desventaja, es decir, escasamente y mal, deberíamos considerarlo un don o una condena de los dioses, que se cobrarían a destajo así, sin compasión, de alguna deuda que le debamos, de un desdén nuestro que ignoramos pero del que ellos llevan muy bien anotada cuenta.
         Perra pena es hurtarle horas a un sueño que no acude, o se hace añicos cuando quiere, y que sabido es gobierna el justo equilibrio del cuerpo; inapreciable regalo, podría ser, por demás, extraer vida de donde sólo, si bien se mira, no campea más que la tremenda nada del sueño.
           Para no agobiarnos en demasía con acertijos de más de una solución, o de consuelo de tontos, quedémonos con el ultimo de los pensamientos, en la seguridad de que estar despiertos es mas vivir que cuando, a ciegas, sin norte ni timón vagamos como espectros por esos engañosos,  inciertos y sombríos piélagos de los sueños, pantanoso lugar donde nada es verdad, ni, puede asegurarse, nada es mentira.




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