martes, 8 de noviembre de 2011

SUEÑOS DE AYER Y DE HOY

          Con el sol otoñal ya un poco alto, mientras sin prisas dábamos buena cuenta del habitual y mañanero desayuno de la tierra, pan blanco tostado,  jugoso de aceite de los olivos de nuestro suelo y un vaso bien grande de humeante café, se nos vino a la mente, por  momentánea asociación de ideas, una coplilla, también de la tierra, que leí hace años en el texto nostálgico de un rondeño exiliado en America tras la Guerra Civil, que la transcribía, pues no era suya, sino del acervo popular:


!Qué suerte poder tener
un cortijo con parrales,
pan, aceite, carne y lus,
medio millón de reales
Y una mujer como tú!

          Sin duda que quien la compuso, haciéndose eco de la innegable realidad de una época, se dejo llevar de esos sueños imposibles de los que tan amigos somos los humanos, pidiendo, nada menos, que una hacienda de abundantes campos, cuantiosos dineros y una mujer de hechicera belleza que, queremos imaginar que, por tener algo, era la suya y no la del dueño del cortijo.
          Pura utopia en otros tiempos; no tanto en los actuales, que arrimado a la mina de cualquier cargo político, o ayuntamiento, y con pocos escrúpulos, es cosa hecha conseguir cuanto el autor de la copla anhelaba. Lo vemos todos los días, para desesperación de los que, ahora, no andan lejos de sufrir todas esas carencias que también recoge la copla: de pan, aceite, carne y luz.

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