martes, 27 de marzo de 2018


GRANADO SOL DE PRIMAVERA

        Olvidado habíamos, con la furia pasada de estos temporales de mil demonios, que hollábamos terrenos vernales, aunque ni por asomo lo pareciera. Remedando al conocido poema, podíamos haber parodiado: "La primavera se nos ha ido/nadie sabe cómo ha sido". Porque no otra cosa sentenciaban la corcova de los árboles centenarios, vencidos por los vientos, no los arruinados sino los que al menor soplo a punto están de dar con sus corpachones en el suelo y, más que nada, que no había día que como huéspedes caraduras, reacios a marcharse de donde los acogieron, no nos vertieran los cielos toneles de agua, porque lo cierto es que nunca acababan los celestes espacios de desaguar su repleto vientre.
            Por todo eso, no es que añoráramos la venida de ardores y soles, sino que, más bien,  tanto se habían alejado de unas predios que, por ser meridionales, son ancestralmente suyos, que castigados nos creíamos con maldiciones de malignos genios y de vengativas brujas. Ni nos creemos, despertando de un mal sueño, que luzcan hoy con gallarda presencia y calor, como antaño en los mismos días de otros años, estos rayos que son vida y que ayudan a levantar un algo el ánimo tan por los suelos con unas cosas y otras. las de aquí y las de allá, que por habituales y desesperanzadoras son el pan de cada instante.

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