jueves, 6 de abril de 2017

      UN SÍ ES NO ES EL PARTO DE LOS MONTES

      No el parto de los montes, pero de algo, sin embargo, muy cercano a ello se está tornando el laborioso proceso, colmado de penurias y aflicciones, de llamadas sin respuestas, de portazos en pleno rostro, de desánimos sin cuento, que es publicar hoy en día un libro.
       Cuando dejado atrás tantos trabajos de Hércules, pues no de menos pueden calificarse los pasados, y la obra asoma indecisa su seductora y coloreada faz en las vidrieras de los escaparates librescos, esperar queda para su autor otro terreno por conquistar, invocando mientras tanto a dioses manes y penates para que en desolado páramo no venga a parar lo que múltiples desvelos y vueltas al sufrido magín le costó.
         Y en esa insoportable espera, que le destroza y ahoga, que no deja de vivir ni de dormir, andan, andamos los que pretendemos, las más de las veces sin conseguirlo, dar a conocer algo que no esté ya dicho, que pueda si no entusiasmar, al menos despertar un mínimo de interés, para llegar a la funesta deducción, de que editoriales, librerías, y páginas impresas cavando su tumba, con poco o ningún remedio, están.

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