lunes, 31 de diciembre de 2012

UN PELDAÑO MÁS




     Los años son como escalones arañados poco a poco a la escalera del tiempo. Entre peldaños de quita y pon transcurre nuestra existencia. Quita hoy sus reales de la tierra un año desventurado para el común de los que andamos por él; y, si a algunos no nos asoló en demasía, de bien nacidos es, para los que todavía algo poseemos, sumarnos siquiera con el pensamiento a la desgracia de los que nada les queda.

    Pone mañana ese tiempo esquivo un nuevo peldaño en su invisible escalera. A un año, el 2013, que con tan funestos augurios se presenta, con tan bélicos acentos y cantos y tambores de catástrofes inimaginables, sólo cabe, y es lo que nos queda, plantarle cara contando con que no hay mal que cien años dure, y en la larga espera ya llevamos otros tantos consumidos.     

jueves, 27 de diciembre de 2012

LA FELICIDAD DE ESTAR VIVO




     Son fechas en las que las felicidades, su deseo, nos saluda aquí y allá, como una lluvia de parabienes que no cesa, y que escasamente, pese a la buena voluntad de los que nos las desean, va a cambiar el curso de nuestro destino. Con similar profusión, para no ser menos, las prodigamos nosotros, cumpliendo con la tradición y el calendario. Es algo que, sin duda, se agradece, aunque suene más  a rutina que a una promesa que queda lejos de nuestras manos.

        En realidad, más que pedir para todo un año, conocida la fragilidad de los tiempos y de nuestra existencia, sería prudente conformarnos con algo menos: pedir para sólo un rato, por mínimo que sea, en el que reír con un amigo,  emocionarte con una canción, estremecerte con un poema, vibrar con un libro, ser parte de una melodía, de un amanecer, decir te quiero a quien te quiere, en el silencio amar a quien te ama, crecer un ratito con los tuyos, sin esperar otra cosa sino que la vida te vaya concediendo otros ratitos, otros minutos, otros momentos, porque en eso, en ese tránsito,en ese soplo divino, más que en cualquier otra ambición, se esconde la eternidad. 




lunes, 24 de diciembre de 2012

UN CUENTO QUE NO ENVEJECE





     Tan callando, como decía Jorge Manrique llegaban y se esfumaban las cosas mundanas, sin eximir a la propia vida, se nos ha echado encima la Nochebuena, llena de sol, pero con menos risas que otros años. A cuenta de las fechas y de la situación actual, se nos  queda prendido unos momentos en la memoria una de las historias que más nos impresionaron en nuestros tiempos de aprendiz de lector: los Cuentos de Navidad de Dickens, una soberbia historia en la que se mezclan, como en todos los grandes relatos, la realidad, la ficción y un hálito que sobrecoge, habida cuenta de que, al menos nosotros,  algunas noches posteriores a la lectura las pasamos en vela, esperando la venida de algún fantasma vengador, que todo lo creíamos posible, sin tener nada especial que nos remordiera la conciencia.

     Ocurre que una legión de Mr. Scrooge, el insaciable avaro,  el protagonista del Cuento campean a su gusto por los predios españoles. En su afán por atesorar riquezas, esta canalla, hurta, expolia, corrompe y empobrece más si cabe a quien ya lo era, por parecidos latrocinios sufridos con anterioridad. Lo peor de esta historia real, es que ningún espíritu vengador vendrá del otro mundo ni a tomar venganza, ni siquiera a hacerle pasar unos días en prisión.


sábado, 22 de diciembre de 2012

PARA JUEGO EL DE LA VIDA




        Contemplando esta   mañana, mientras desayunábamos, los rostros ensimismados de gran parte de los clientes del bar, pendientes de la pantalla del televisor que transmitía el sorteo de la lotería de Navidad, -que por tener ilusiones que no quede, aunque pocas veces se cumplan-, nosotros que poca fe tenemos en los juegos de azar, nos distraíamos, entretanto, pensando en otro símil que jugoso presentaba la pantalla: el bombo, tan redondo, es un trasunto del mundo, que al igual que aquél da vueltas y vueltas, sin parar; las bolas, los números, que poco más que eso somos en el orden del universo,  los humanos, sometidos a los vaivenes con que ese mundo nos agita y expone a venturas y desventuras durante toda nuestra existencia. Como a aquéllos hoy, a tontas y a loca, sin ninguna regla, sin ningún fundamento que no sea estar dentro del mundo, la fortuna se deja caer alguna vez sobre la vida de alguien; un juego al fin y al cabo, como el de la lotería, nuestras perecederas vidas, sería la conclusión, con lo que no descubriríamos nada nuevo, ni, que conste, lo pretendemos. Es que acordes con el día, andamos de juegos y loterías en esta mañana un si es no es veraniega; y quién lo diría para estar a últimos del último mes del año, cosas de ese azar con que, de vez en cuando, le gusta enredar la naturaleza.

viernes, 21 de diciembre de 2012

SALUDEMOS AL INVIERNO





     Con impensados mimos y carantoñas, ha irrumpido de bruces un invierno que lo es sólo de nombre y tradición: no hay nieves en las cumbres, ni charcos en el suelo, ni amenazantes nubes pardas; ni azotan vientos desatados, ni asustan afiladas escarchas; es más, en el otrora ortodoxo tablero del tiempo, para hacer patente todas las ausencias de un insólito calendario. se ha colado un desquiciado sol. al que, ya puestos a transformar un escenario de despropósitos, achucha exudaciones y amontona fulgores.

     No, no se extingue la vida y con ella nuestro mundo, pero quizás habría que prestar algo de caso a estos calores y a estos disfraces del tiempo, que puede que, si no el fin de lo conocido, anuncien catástrofes, tifones, inundaciones o temblores de tierras,  en no importa qué lugar del universo. Y como no es nuestra intención fastidiar estas fiestas, tan cercanas, a nadie, optemos por saludar al invierno; sobre todo, porque uno y esperemos que todos los que leen estas desmañadas líneas, hemos tenido la fortuna de llegar más o menos sanos al comienzo de su reinado. 

jueves, 20 de diciembre de 2012

EL OTOÑO SE NOS VA





     No parece darse cuenta esta tarde otoñal de que el invierno acecha inamovible a sus puertas esperando imponer su autoridad de niño adusto y malcriado, y ya  con las sombras de la noche, que tan súbito se precipitan,  esparce miel y gollerías por la ciudad. Miel y gollerías no falseadas, hoy que todo se falsea,  son para nosotros esas mansas brisas que arrastran hasta aquí, generosas,  climas lejanos de extrañas y perdidas ciudades, como la nuestra. Todo se mueve a esta hora, poco más de las siete, envuelto en dorada luz en la que brinca más que nunca la piedra rosada de los sillares del Puente, para sumar un grado más de sosiego, de placidez, de sueño, a una tarde, a una estación que huye sin querer huir.

          Mucho ayudaría el silencio a nuestro éxtasis, si no fuera porque una pandilla de amigos, andan con sus chismes y patinetas rompiendo con descaro, a plena luz, con tremendos golpes y circenses piruetas todas y cada una las losetas de la plaza España. No sabemos si es un juego permitido o no, pero sí bastante  triste el descomunal destrozo que se oye a leguas de distancia. Malos tiempos corren, pero más lo agravamos cuando nadie pone nada de su parte, para poner remedio a  desaguisados como estos,   que repararlos nos costará los cuartos a cada quisque, a cada bolsillo,  de los que a estas benditas tierras habitamos. 



       

miércoles, 19 de diciembre de 2012

ÁRBOL CON GATO




A este árbol de cuantiosas ramas y probada fortaleza y altura, sin ninguna hoja, que todas  las barrió a capricho, displicente,  un otoño de irisados aguavientos, le ha nacido un gato. Allí surgió una mañana en que la niebla había dejado sin paisaje al lugar, sin contornos, ni horizontes ni colores, sin nada. Sus ojos,  de eterno vigía, escrutadores,  cuando se despejó aquélla fue lo primero que descubrió el lugar antes de recobrarse del miedo de una ceguera de nubes ocupando terrenos que no era suyos. Desde lo alto, protegido por una docena de  brazos que hienden el aire mostrando su vigor, altaneros, el mundo, la vida que pasa se ve de otra manera, como en un cielo propio del que se es el rey, sin huir de nada, dejándose acunar por sonidos que abajo no suenan, por auras que abajo apenas susurran ni mueven, allí se ha instalado este gato, sin edad ni dueño, sin dar cuentas a nadie, que esa ventaja posee. 

martes, 18 de diciembre de 2012

ESTÁ DULCE LA MAÑANA





     Está, como quien dice, de dulce la mañana, miel destilando,  de inesperada placidez, por no hablar de una belleza deslumbrante, a poco que nos detengamos a contemplarla. Unas nubes que, por una vez, en muchas semanas, no son portadoras de agua, sino que se despliegan, casi transparentes, ornando un paisaje en el que obcecadas lluvias han transformado en un océano de verdes esmeraldas, por el que se deslizan, gozosos, los rayos de un sol que calienta en demasía, que se diría errado de fecha y estación.

      Conclusiones que, sin ninguna intención oculta, saca uno de esta primaveral mañana, es la de que, al menos el tiempo, la naturaleza, no anda recorriendo parecidas vicisitudes que la actual de los humanos,  para los que es nula la suerte de tener ni un momento de sosiego, y que cada hora es peor que la anterior. Para no sumirnos en un pesimismo que a todos nos va ganando, acojámonos el ejemplo que nos brindan días como estos, y a esos cambios luminosos, y, en fin, a esperar  que, también, como en la naturaleza, algo de esa mudanza, tan ardiente, tan gloriosa, nos llegue.

sábado, 15 de diciembre de 2012

TRASPLANTADA BELLEZA





     Me contaba todavía sorprendido un amigo natural de nuestras tierras, la conmoción que recibió hace algún tiempo, cuando de visitando la zona costera de Estados Unidos próxima a Los Ángeles, bañada por el mar Pacífico, vio con increíble nitidez, a unos kilómetros de distancia destacarse la torre de nuestra iglesia de Santa María. Achacó a la nostalgia de su ciudad, ya que llevaba años residiendo en aquel país, la visión de onírica fantasía; mucho más puesto que lo que veían sus ojos, o su acalorada imaginación, no era una torre única, sino dos idénticas. Lo que no le cupo duda fue de que era la torre de nuestra Colegiata lo que divisaba; de que soñara o estuviera despierto no tanto.

     Ya al pie del monumento, La Casa Grande, la más loca obsesión, entre las muchas que le acompañaron en vida al magnate William Randolph Hearsrt, -el que tanto contribuyó con las falsedades, en su propia prensa, a que Estados Unidos declarara la guerra a España y que perdiéramos Cuba-, mi amigo pudo comprobar que lo que presumía ilusión de sus sentidos, no lo era; ni casualidad la presencia de las torres rondeñas a miles de kilómetros de su lugar natural, sino el empeño mayúsculo de Hearst, enamorado de su rara belleza, en una región donde había miles de otras hermosas, de que ante la imposibilidad de gozar de la original,  también luciera un trasunto de la imagen allí, para siempre, en sus posesiones de  rico caprichoso. 

miércoles, 12 de diciembre de 2012

AGRIO SABOR DE BOCA





     Un agrio sabor de boca nos deja ese informe europeo que alerta de que los niños españoles leen poco o no leen nada en su etapa educativa primera, y de que numerosas naciones, una legión en realidad, se encuentran en este índice de actividades que marcan el futuro progreso de un país, dándonos sopas con honda; o lo que es decir, encaminando a su infancia, con sabio criterio, por donde nosotros no lo hacemos o lo hacemos de pena.

      A los que nos falta vida el día que un libro no descansa una hora o varias en nuestras manos, gozando con su contenido, no puede más que producirnos lástima este patético desfase, en clara relación, si se mira bien, en el nulo aprecio y desinterés con que se trata todo lo relacionado con la industria del libro. Falta no hacía, desde luego, que nadie viniera a decírnoslo, porque en la calle y en todos los lugares de nuestras ciudades está muy presente esa incultura a manos llenas. Recogemos hoy lo que con tan mala maña sembramos ayer.

domingo, 9 de diciembre de 2012

DÍAS OTOÑALES




     A estos días otoñales, a los que un suspiro se los come, de pródigas y cansinas heladas, y redondas lluvias de volatineras hojas, lo que les pasa es que se apuran por compensarnos del helado mordisco de las penosas madrugadas. Aduladores, nos saludan a poco tardar, cuando ya bien se distingue todo,  con soles de cuentos de hadas y cielos que para ganarnos  se disfrazan de lo que no son ni pensaban.

     El reto sorprende a un pájaro aterido que no encontraba acomodo en ningún lugar de la calle. Canta alborozado sin creérselo del todo. Al reverbero de luces que le atosigan ahora, despierta un tejado y se despereza, abriendo los centenares de ojos de sus pardas tejas. Con ellos avizora ya sin miedo a la ciudad, algo dormida todavía, porque a ella, a sus miles de viviendas, que se arrebujan huyendo de nocturnos miedos,  no es tan fácil arrancarles de un sopor que parece no se va a ir nunca.      

viernes, 7 de diciembre de 2012

QUE NO NOS QUITEN EL CAFÉ DE LA MAÑANA.





     Una de las cosas que poco cambian, sea cual sea la estación, invernal, otoñal, como ahora, o veraniega, es la del refugio, nada más echarnos a la calle, que nos prestan los bares de un sano acicate para ponernos en marcha con un cierto optimismo para toda una larga jornada.

     Diríamos más: con la carestía, en aumento desbocado, de la vida y la economía, la nuestra y la del país, en plena vorágine, los desayunos, o el imperecedero café mañanero, de precio todavía asequible, ha venido a sustituir a las copas y al tapeo, ya insostenibles para la mayoría,  que fue siempre un gozoso preludio andaluz ante de los almuerzos. Consecuencia de lo cual, igualmente, ha cambiado de situación y hora las tertulias y charlas que se han vuelto más tempraneras, pero no menos animadas, que es un entretenimiento barato y muy nuestro.  Lo único capaz de amargarnos este rato delicioso, es la idea de que en un corto plazo tuviéramos que renunciar a ello, como ya hemos hecho con tantas y tantas cosas, que nos alegraban la existencia no hace nada.

martes, 4 de diciembre de 2012

PABLO HA VUELTO A RONDA




     Con días nublados, como el de hoy, y brisas tan gélidas como las que se han instalado en nuestra ciudad, lo que desvergonzadamente hace el frío ahora es desgarrarnos sin piedad las partes descubiertas de nuestro cuerpo; más que nada  el rostro, proa casi siempre expuesta al aire que sople. Lo cierto, diríamos, es que no basta para salir amontonar ropa de abrigo encima de nuestra naturaleza, toda es poca, pero incluso así no sería desatino, cuando se sale, tras cierto tiempo, buscar refugios en lugares cerrados, en los que fluye el cálido rumor de las calefacciones 

     No por este motivo, pero, contando con él, como desde hace unas semanas debíamos una visita al Museo Peinado, hemos dirigido nuestros pasos, esta mañana invernal de aúpa,  a sus espléndidas salas, más hermosas que nunca ahora que Picasso ha entrado, para quedarse parece, por sus puertas. 

      Como un pasmarote se queda uno contemplando la colección de grabados y cerámicas, cada uno una sorpresa de color e ingenio que toca a lo más hondo de nuestra sensibilidad. Más convincente que ninguna otra explicación que pudiéramos dar, nuestro consejo es que se vaya a ver todo ese impresionante  mundo presente en la sala que el Museo dedica al nunca bien ponderado y universal artista.

      Tiene Picasso, por otra parte, bastante lazos con Ronda; no sólo los ya sabidos de su fraterna amistad con Joaquín Peinado, sino, asimismo, otros de menos divulgación,  como el hecho de que nuestra ciudad le era conocida de niño, ya que su padre, cuando existían menos medios de luchar contra el calor agobiante de la capital, huía de ella, trasladándose con su familia a pasar los veranos en alojamientos rondeños. En fin que suena a gloria eso de que "Picasso ha vuelto a Ronda", porque es lo que ha hecho. Nuestro agradecimiento, por ello,  a la persona que ha tenido la visión de hacerlo. Y de eso su directora, sabe mucho.



     


sábado, 1 de diciembre de 2012

CON DICIEMBRE DE LA MANO




     Del vagón de cola de un desventurado año, envuelto en helados pañales, se ha caído su postrer fruto: diciembre. Con singular fuerza adhiere su gélido soplo a nuestros ateridos cuerpos, como si anunciara a voces: "aquí estoy yo para lo que gustéis";  en realidad, su advenimiento llega para alborozo de los que no asusta  el frío, con su tiritera, ni tampoco el tiempo hosco desmelenado,  sino que lo prefieren a cualquier otra atmósfera; o, por el contrario, para desconsuelo de los que en su salsa se hallan con calores ingentes y cielos impasibles, y no con los que se  aproximan a grandes zancadas, y a los que, entendemos, chicos y mayores harán bien en  no perder de vista por las aflicciones que puedan traer a nuestra salud.

     Por lo demás, aquí, como de costumbre, estamos, pidiendo con sumo fervor a todos los dioses del Olimpo que de una puñetera vez el año acabe, puesto que no ha sido, el que todavía nos zarandea, de grato recuerdo para la gran mayoría de los que por este país, en pleno hundimiento, andamos. Con la esperanza vivimos del que venga nos traiga, en mayores dosis, algo de esa prosperidad, paz y tranquilidad que tradicionalmente por estas fechas se solicita.