domingo, 1 de abril de 2012

LO QUE COPA EL HORIZONTE

        Esas nubes negras que copan todo el horizonte, por la diestra y por la siniestra, siguen amagando sin golpear. Al decir golpear, claro, nos referimos a esa lluvia que no llega, por más que todos andemos necesitado de ella. Hay una inmovilidad serena en la mañana que si unimos al aspecto entristecido de los cielos, otras veces, era signo inequívoco, inconfundible, de que un diluvio de aguas furiosas estaban a punto de irrumpir. Por mucho que nos empeñemos, y por muy fiables que sean las previsiones meteorológicas, que anunciaban aguaceros por estas tierras, si no mandamos en nosotros mismos, cómo vamos a hacerlo con los cielos.
        Lo que sí ha llegado, y este sin error de aparición, es abril. Complicado lo tiene, para empezar, con esa actividad que sugiere su nombre y su etimología para algunos, la de abrir campos floridos, quitando  sequedad y fecundándolos. Hacemos votos porque esa esperanza no nos abandone del todo y aunque tarden las lluvias y la mejoría de otras cosas que también están por reverdecer en nuestro país, trabajo y  bienestar,  al fin asomen, tímidamente al menos.

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