Si lo que buscas con ahínco, Zaide, es que sean duraderas calmas y no azarosas zozobras y furiosos turbiones los que gobiernen con animosa persistencia tu espíritu, presente en cada momento del día habrás de tener que tus amores, en el sentido más lato de todo lo que amas y prefieres, no son los mismos que los de los demás. En el entendimiento de que no todos somos iguales y en el respeto a esa verdad infalible, encontrarás una parte esencial de lo que persigues. Arduo te será con harta frecuencia comprenderlo, pero mucho más desentenderte o ignorarlo.
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