sábado, 16 de agosto de 2014

ES LA PAZ EN LA GUERRA DE LA EXISTENCIA



     Es el aura redentora en la debacle ígnea del estío. Es la paz sin costuras que cercena el agobio de una contienda de sistemáticas e infames derrotas del cuerpo. Es una parada luminosa en la posada del más allá para batir a las pisadas más cavernosas del día. Es un anárquico reposo a deshora para ganar la nada del paraíso del sosiego. Es el pan y la sal del verano de los pobres y de los ricos ociosos. Es la profanación de todo arduo quehacer. Es la puñalada por la espalda a la sólita tiranía de los minuteros y secundemos. Es el no vivir para revivir y ser alguien después. Es la despensa del organismo en horas bajas. La negatividad cargando de energía las desmayadas pilas de la exhausta naturaleza, harta de dar siempre la cara a todo lo que le llega. Es el alfa y el omega contra el desamparo de todos los agosto de la existencia, del mundo. Es la añorada siesta, pudorosa pócima, infalible jarabe de fácil ingestión y menos armas, demorando penas, abatiendo murallas en jocunda lid contra las penas con que no va martirizando, un día sí y otro también, un rato sí y otro también, sin piedad, la vida.

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