viernes, 14 de septiembre de 2012

SE BUSCA AVE MITOLÓGICA



    Lo cuenta Francis Carter, el viajero inglés del XVIII, avezado como el que más a recorrer el camino entre Gibraltar y Ronda y al que nadie puede acusar de ignorante, ni menos de desconocimiento de nuestra región serrana, de la que era un habitual, un poco por admiración del suelo que pisaba y un mucho por mercantilismo y enriquecimiento fácil, -que eso no conoce épocas- que se derivaba de la adquisición por nada, o regalada, de antigüedades árabes y romanas.

    No sólo era él asiduo de nuestras tierras. Entre toda la fauna con alas que merodeaba por nuestro Tajo, andaba un pájaro con características muy especiales. Un grajo, pero inusitado, de cabeza y alas blancas, que anidaba una vez aquí y otra allá; pero siempre en cualquiera de las numerosas  oquedades que le ofrecían rocas y grietas del abismo. Tan viejo, que volaba ya por allí cuando los castellanos, doblegando la escasa resistencia de los sorprendidos moros, conquistaron la ciudad. Un perenne huésped, pues, más que un asiduo circunstancial, que no atendía a ocultarse de miradas indiscretas, sino que las provocaba, mostrando sin pudor los extraños signos de su plumaje. 

     A un Tajo ya sin grajos desde hace años, nada mal le vendría, pensamos, un ave de parecidas rarezas, aunque únicamente fuera para atraer como antes a los de su raza, puro espectáculo para los que contemplábamos sus evoluciones y gritos, si es que todavía quedan miembros de ella.


   

No hay comentarios:

Publicar un comentario