Por fas o por nefas, no hay día que nuestra ciudad no tenga un hueco, los más de los que sonrojan, en los medios nacionales. Por fortuna, aunque escasos, no todos son de la suerte del vídeo del "mataó"; nada de extrañar a mi modo de ver, tampoco, si tenemos en cuenta todo lo que subyace y rodea a ese mundo de un falso arte, que por considerarlo así, ni compartimos ni mucho menos entendemos.
Para merecimientos, superación, orgullo, voluntad y todo lo que se quiera, la medalla de Marcelo Rosado en los juegos paraolímpicos de Londres. Por nuestros lares, una y otra vez, casi por ley, distinguimos con honores y fanfarrias, buscando fuera lo que con más dignidad, al ser nuestro, tenemos a la vuelta de la esquina. Como ningún compromiso nos ata, a nosotros, a "figura" alguna, quede constancia con estas líneas del homenaje a nuestro alcance a un rondeño, Marcelo, al que hay que admirar y loar.
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