LA FERIA DE MAYO

        Mucho ha cabalgado el tiempo desde aquel lejano que acompañó en vida a nuestro paisano Vicente Espinel, quien hablando de la feria de Mayo, aquella que atraía a gente de toda Andalucía y vendedores de medio mundo, decía "que en una feria tan caudalosa son tantos los enredos, hurtos y embelecos que pasan", que para cada uno sería menester una historia. Los años y la vida, no cabe duda, transcurren por vías más complejas, y los engaños, fraudes y desfalcos, han buscado otros territorios de más altura y los ladrones en vez de monederos y carteras individuales, expolian las arcas del país. Pero a lo que queríamos referirnos es a nuestra feria, merecedora de que ya que antaño fue protagonista de relatos novelescos y viajeros, siga teniendo presencia en su fecha, su antigüedad y tradición avalan el hecho, muccho más ahora que esos peligros tan nimios y hasta excitantes como era el de los carteristas están fuera de lugar. Estos, raramente, entonces, desvalijaban a nadie que no fuera rico, a contadas personas; hoy en día, cualquiera de los que citábamos antes, empobrecen a miles de gente, y lo peor es que son admirados y seguidos.