Con capullos y pétalos por doquier orna mayo este año sus callejeos. Hasta en los huecos y rendijas más insospechadas brotan racimadas flores, con pasmosa y abundante exhibición.
Dentro de andaduras más materiales, los que no estamos inmersos en los juegos políticos más allá de lo puramente imprescindible, contemplamos estos días como meros espectadores una estrategia por parte de los partidos de total rechazo a cualquier cosa que pueda parecer, ni siquiera por asomo, ni en dosis mínimas, ni en bien de la ciudad, aceptación de las ideas y proyectos enemigos: los de la oposición, claro está.
Algo que se lleva a rajatabla, con una disciplina y férrea obediencia militar. En muchos casos, uno no entiende que actos culturales en que no se debaten temas políticos, sean escenarios elocuentes de sordas batallas que consisten en no estar presente donde está el adversario o donde se olfatea que va a estar. Sólo los de una ideología acudieron a la presentación de las Memorias de Ronda en el Victoria y, en justiciera contrapartida, igualmente en la del libro de la vida de Zulueta, celebrado en la Maestranza, únicamente vimos a los del otro signo.. ¡Libertad de libertades, la que más de uno posee para ir donde le da la gana!
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