En Pandora, con sus mágicas cajas y enseres,
Nevaba esta mañana, profusamente, sin descanso, como si nunca hiciera otra cosa, como antaño cuando los inviernos y sus feroces acólitos eran otros. Ahora que asoma el sol, lo que pueda permanecer el cano aderezo sobre tejados, cornisas o jardines, es incierto, aunque, nos tememos que no demasiado. Como todo, el descenso en la mañana de este albo elemento, aportará algunos beneficios y también algunos reveses a cosechas en agraz. Para nosotros, cuando los copos perdiendo su verticalidad inicial, nada más caer, se agitaban desmelenados en vertiginosos remolinos, un inusitado y recuperado espectáculo que no contemplábamos desde años ha.
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