En lo más fatigoso del invierno, otra blancura más fiel que la de la nieve, porque nunca cede a su cita ancestral, magnifica a campos y suelos y orna soberanamente el horizonte añadiendo color y poética lluvia de albas mariposillas a un paisaje, el nuestro, no necesitado de nuevas aportaciones para despuntar y mover admiraciones; pero que nunca renuncia a abrir su seno a otras experiencias, acogiendo a expediciones de aves y flores, llegadas de no se sabe bien dónde, o a los novedosos matices con que el incierto paso de los días van mudando su faz.
sábado, 21 de febrero de 2015
HAY BLANCURAS MÁS FIELES QUE LAS DE LA NIEVE.
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