Recién acabada la traducción al castellano de Sierras del Sur y entregada a la Editorial, a uno todavía, y creo que por mucho tiempo, le aletea muy dentro ese interminable canto de amor de su autor, Alastair Boyd, por estas tierras, que no otra cosa es su obra. Con esa gozosa melodía sonando airosamente muy a nuestra vera, nos acercamos deseosos de contemplar la exposición de otro grupo de extranjeros, y la esperanzada ilusión de que esa música se prolongue más días, porque existe una relación y dependencia clara entre la actitud sentimental de los pioneros Alastair, Bomberg o Richmond y la de este puñado de seguidores en cuanto a elegir la región serrana no sólo como permanente refugio sino, asimismo, como fuente de inspiración o de gestación de sus creaciones artísticas.
Ronda, como capital de una comarca admirada hoy en día, tanto tiene que agradecer a los viajeros de otras épocas, los que la sacaron del olvido y la auparon a la fama de los libros, que no me cabe duda ve con manifiesta alegría que el viaje de los que forman el Grupo N. I. E., el de David Seaton, Ida Idae, Jaime Boyd, Lies Wajer y Edda Maruzi, tenga, además de un montaraz destino como entonces el de sus compatriotas que le precedieron, una culminación en una residencia duradera. Nos atrevemos a asegurar, que ya es algo que se refleja en las logradas e innovadoras pinturas y fotografías de sus componentes, a los que de todo corazón, aunque un poco tarde, les deseamos, al igual que habrán hecho otros ya, la mejor de nuestras bienvenidas a su casa.
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