DE MIL DEMONIOS EL VIENTO
Este enero, fustigador, pendenciero, alborotador, también ejerce estos días inciertos de elemento purificador, y es de ver cómo en su tremenda azotaina, en su turbión de airados bofetones, en su descarga de bufidos, se estrella allí y acá contra en lo que en su febril carrera halla. Arranca de cuajo miles de detritus de añeja suciedad, miles de caducas hojas que sin dueño andaban, prohijándolas, miles de hinchados plásticos, miles de papeles con anónimos textos, miles de basuras, durante meses invasoras y clama en puertas y ventanas, sacudiéndolas, lamiéndolas, aporreándolas, encogiéndolas y atemorizándolas, para que duda no quede de quién es el que manda ahora. Y una pizca de ese temor, invade asimismo a los moradores de esas viviendas, a las de toda la población, que se han puesto a pensar, sin saber dónde meterse, arrebujado entre líos de sábanas y edredones, más acobardado que nunca, que si este viento destructor tendrá algo de juicio final, un poco de fin de todo lo que nos rodea y queremos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario