Hunde enero hasta el asta su banderola de pionero conquistador, ya que a colonizar el año y a pisar sus terrenos, todavía vírgenes, llegó antes que nadie. Se le atribuye al mes, que fue el mítico Jano, bajo cuya advocación se halla, el que le dio nombre, aunque este con tantas mudanzas morfológicas desvirtuado y casi irreconocible ande por el diccionario de nuestra lengua. El caso es, que se le acusa a este mes de manejarse con una pizca de hipocresía y de astucia, que para eso a su protector se le representa con doble faz, para que nada, ni por el reverso ni por el adverso le escape a su preclara mirada de artero sabelotodo. Y sabido es que en esto de las conquistas, aun en las de menos relumbrón, si no vas un poco de la mano del engaño y del disimulo, como si fueran otros, y no uno el que las emprende, poco o nulo éxito se obtiene.
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