Si bien se mira, Zaide, muchas son las divisiones que podrían hacerse en nuestro humano mundo, innumerables si se quiere, no nos cabe duda. Pero detengámonos hoy en una de ellas, en la de que al planeta tierra lo ocupan dos vastos grupos de inamovible asiento: los que tienen y los que no; llámese a la posesión, poder, riqueza, abundancia o, en otro aspecto menos decisivo, belleza, bondad o conocimiento. Y si bien en estos últimos pocas veces nos es dado intervenir para transmitirlos con eficacia, sí que culpa y grande, atribuible a los que con algo contamos, es no remediar a los que de todo carecen. Tenlo muy en cuenta, amigo mío, y medítalo antes de decir no, siempre que una mano pida la tuya para que la remedie cuando las desgracias la cercan, ya sea debida a amarga pobreza, a lastimosa enfermedad o a cualquier otra causa de terribles consecuencias para los que la padecen. Con la compasión, por muy sentida que sea, no basta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario