Publicó el diario "Málaga Hoy", en el día de ayer, domingo, en dos páginas,un excelente artículo de Pedro Ingelmon, referido a la proliferación del cultivo de viñedos con destino a la fabricación de vino ocurrida en los últimos veinte años en Ronda. Más que nada, se detiene en dos de los foráneos que, según él, más han contribuido al éxito del vino tinto que sale de sus campos y a que el nombre de nuestra ciudad resuene en este mundo vitivinícola más allá de las fronteras hispanas; en concreto en Federico Schatz, alemán, y Juan Manuel Vetes, abulense, y en sus triunfos, merecidos, desde luego.
Echamos en falta, aunque sólo sea de pasada otros nombres de rondeños, también con medallas en certámenes internacionales, de parecidos méritos en la fabricación de vinos y, como ellos, con toda una vida dedicada ese comercio y pasión.
También un error de bulto en sus apreciaciones: el cultivo del viñedo en Ronda y Serranía en tan antiguo como el de las mismas ciudades, y si Rilque no hace mención de ninguno en sus paseos por Ronda es porque la enfermedad de la filoxera causó estrago en ellos en la segunda mitad del XIX, siendo Málaga, por cierto el origen de la enfermedad.
Si acudimos a testimonios tan fiables y numerosos como el de los viajeros, románticos o no, de otros siglos, comprobaremos que los viñedos eran abundantes y pródigos por estas tierras, tanto que tapaban los caminos hasta impedir el paso de los mulos de los arrieros y llenaban laderas y cumbres de las colinas.
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