lunes, 30 de noviembre de 2015

PIES EN POLVOROSA


     Pies en polvorosa pone hoy el mes, que fue pródigo en soles y avaro en verter aguas. Aquellos fríos de antaño, a veces, se combatían comprando castañas asadas, en los numerosos puestos de mínimo aparejo y utensilios que las ofrecían, con las que levantábamos  el ánimo de nuestras ateridas manos y estómago; otras, aguantándonos, que más acostumbrados que ahora estábamos a sufrir lo que nos viniera, pero todo eso es cosa del pasado.
       Que estas mudanzas actuales de la atmósfera, tan reales y drásticas, tengan un fondo catastrófico, es ya otra historia, de las de preocupar, ya que nos advierten los expertos que no son de fiar, aunque nosotros, tan ignorantes, agradezcamos esa templanza de la naturaleza. De cualquier forma, escrito está que el hombre, mayor depredador del planeta, desde hace años, tiene en mente destruir este, y mucho nos tememos que no valdrán cumbres de gobernantes y prebostes, entre otras cosas porque son ellos a los que les importa un bledo lo que a nuestro mundo pueda ocurrirle.

sábado, 28 de noviembre de 2015

SIMILITUDES CON SOL


      Un noviembre mortecino en cuanto a sus horas de vida, que no en cuanto a energías se refiere, se desmaya esta mañana sobre campos y montañas. El sol que en lo más tórrido del verano casi despelleja, acaricia ahora que ha pasado a mayor gloria el ambiente gélido de estos días. Hay una similitud muy de estimar entre meses y meses de otras estaciones. Diríamos, que este año, lo que noviembre está haciendo es enfundarse el papel que siempre asignamos al loco de febrerillo, porque muy parecidas y extremas son sus mudanzas. Pero por lo demás, algo que no tiene precio sería este sol, todavía de lo poco por lo que no hay que pagar al Estado, que nos calienta cuerpo y alma y calienta el horizonte más despejado y multicolor que nunca con sus glebas rojizas, calentando en sus entrañas el germen de las futuras cosechas, seguras si la bendición del agua de los cielos no se hace de esperar, que no todo ha de ser sol, dios terrenal, desde que el mundo es mundo.

miércoles, 25 de noviembre de 2015

A ADECENTAR NUESTRAS CUEVAS NOS MANDA EL TIEMPO


      Por este tiempo, mes más, mes menos, debían andar nuestros primitivos ascendientes en el árbol de la evolución, los neardentales, recogiendo sus útiles de caza, con los que, al pie de frondosos árboles o en la ribera de los ríos, dormían, y sus cuatro pertenencias más, para dirigirse a adecentar sus cuevas, disputarse espacios vitales, dentro de ellas y disponerse a combatir la dureza del invierno que, a grandes zancadas, amenazaba en el horizonte, trocando dulces brisas marinas en montaraces ráfagas de penetrante viento.
       En esencia, en este aspecto, no mucho ha cambiado: son otros los modos de vida y ropajes, pero a resguardarnos en gran medida toca igualmente ahora; a sacar mantas, abrigos, braseros e ingenios de calor; a dedicarle más horas a nuestras moradas, algo abandonadas con el buen clima. En realidad, con otras leyes y más espacio, (tanto que a veces nos sobra gran parte de él) a meternos en nuestras particulares cuevas, una para cada familia, que en eso sí que, en general, hemos ganado.


lunes, 23 de noviembre de 2015

A VUELTA CON LAS HELADAS, ESTA OTOÑAL.


     A lomos de este frío glacial que desde hace unos horas descaradamente nos invade, ha llegado también la primera helada de un otoño que, de presente, es puro invierno. Se ha hecho visible, antes de que el sol calentara, fuera de la ciudad en campos con la yerba trastocando su verdor habitual en un blanco lechoso, y en las calles en los coches, inesperadamente vestidos de novia, sin altares ni invitados.
      Casi al mismo tiempo han huido de la ciudad o han dejado de visitarla un gran número de forasteros, y a no ser por los fieles orientales, como de la familia por nuestras calles, a los que no importa ningún tipo de rigor y asiduos en todas las estaciones, se diría una ciudad sin turistas. Algunos mendicantes, algún artista callejero, los que, con tiempo estable acostumbran a llegar de otras latitudes, igualmente han desaparecido del corazón de la ciudad, donde asediaban en busca de limosnas o lanzaban al aire sus composiciones. La música de los que quedan, sendas acordeones y guitarras, sus notas, suenan en espacios otrora abarrotados y ahora horro de peregrinos, un poco nostálgicas, más sentimental y hechiceras que nunca.

domingo, 22 de noviembre de 2015

SER CIUDAD.


     A la altura de nuestra alma, y aun por encima de ella, te aseguro, Zaide, se halla la de tu ciudad, ya que, la suya, formada está por un componente de gran parte de de los que la habitamos, no solo de los que estamos sino de los que se fueron. Alma grande, pues, alma viva también, que de crecer no cesa. Si a la ciudad, a la tuya, amas, considerarte podrás formando parte de ese todo genuino e inmaterial que, siendo uno es, más que nada, una pluralidad de sueños, de quereles, de destinos que a idéntico ritmo se mueven, de imperecedera historia que a tu alma y a la de cada uno de nosotros toca. Ser tú ciudad, es asir un pedazo de eternidad, de estar ahí, inamovible y presente, con los amaneceres, con el viento, la luz y el fulgor del horizonte, cuando ya tu existencia no haya sido sino otro indescriptible sueño.


sábado, 21 de noviembre de 2015

ADIVINOS DE HOY


      Nos acogota el tiempo, tanto como la exactitud con que los meteorólogos aciertan, con semanas de antelación, en sus pronósticos. Hace años, poco sabíamos del tiempo por venir, el bueno o el malo. era como la muerte, que sabíamos que había de arribar, pero no cuándo lo tendríamos a nuestro lado. Algo ayudaba, mínimamente, más la fama que sus previsiones, el entrañable calendario Zaragozano, con sus historias de cabañuelas y otras lindezas.
       Lo peor de estos adivinos indiscutibles de hoy, de lo que va a traernos la naturaleza, es que, como ahora, aun disfrutando de una atmósfera aceptable, no nos dejan disfrutar de ella, pensando que en unas horas, según sus matemáticas predicciones, nos hallaremos tiritando de la mano de unas temperaturas que van a da pavor. ¡Cuánto mejor sería no enterarnos de nada hasta que llegara el momento!

jueves, 19 de noviembre de 2015

SOL OTOÑAL


     ¡Sol de otoño, sol de membrillos y de vino mosto color dorada miel, sol de irisados castañares, de ir y venir de bandadas de aves, dudosas de emprender el vuelo hacia otros horizontes más calmos, porque no vale la pena dejarse el alma para buscar lo que aquí ilumina!
      Plácidos son los días, que transcurren, por lo que a la atmósfera se refiere, como los de un soñado paraíso, en el que todo tiene apariencia de ese edén: los parterres, recortados sobre un mullido y multicolor friso de hojas; en los valles, con pátina de eternidad en los bancales y huertos, y en el oculto curso del río, un culebreo que no se distingue, tapado por álamos que lo guardan y conducen. Y más allá, otra fronda, esta pétrea, de zafiros tonos y descomunal e inmaculada belleza, en el que se miran ciudad y montañas, como amigos ancestrales, en las que nos miramos todos los que por aquí andamos.
       ¡Cuánta serenidad, cuánta paz, y cuánta maldad y cuánta sangre derramada. Cuántas víctimas inocentes de un fanatismo sin nombre y sin explicación, allá en el París de nuestra juventud!¡Cuánta de esa paz que nos envuelve aquí desearíamos para esos muertos! ¡Que nada hubiera ocurrido, que todo fuera también un mal sueño, del que tarde o tempranos despertaríamos!

viernes, 13 de noviembre de 2015

UN MUNDO QUE FENECE


      Por una dolorosa travesía de tenebrosos horizontes caminan ahora los libros, derramando cuantiosas lágrimas y recibiendo múltiples desprecios. Nunca fue el suelo hispano lugar propicio para dedicarle un rato a la lectura, ni los libros objeto de trovas y honores, sin embargo pocas veces se imaginó, con toda esa negra herencia, tan fatal  destino, que no es sino una interminable agonía.
      Con menor intensidad, también vive el libro su particular calvario en otros países más cultos, más enamorados de la letra impresa. Se nota sobre todo el hecho, desde la distancia, en la actitud de los libreros, a los que nos empeñamos algunos, como si nada pasara, en seguir comprándoles su entrañable mercancía. Al libro que adquieres y que te llega por correo desde tan lejanos confines, le acompaña ahora, inevitablemente, cartas de agradecimiento que rompen el alma, con un mensaje entre líneas, subliminal, para que te acuerdes de ellos a la hora de comprarlos. Se ve que les va la vida y el negocio, antes próspero, en seguir contando con compradores fieles, último bastión en que 


refugiarse para sobrevivir a un modo de vida, que es más que nada apasionado amor por un mundo, el de la lectura, que a ojos vista fenece.

lunes, 9 de noviembre de 2015

SU DESTINO BUSCA EL OTOÑO


      Tarda en acomodarse el otoño a lo que de él se espera, aunque esas arremetidas, con días soleados y temperaturas que no son de la estación, tras una semana con cierta abundancia de chaparrones y cielos pardos, no deben ser más que parte de ese proceso, de esa transformación que, tarde o temprano, habrá de llegar de un, a veces menguado, a veces apresurado, caminar hacia predios invernales. Lo que sí anda ya por estas tierras montaraces es el alborotador de cabezas,  Eolo, fiel a una cita a la que nunca renuncia, reconocido compañero de fatigas de la estación; más que eso, aseveraríamos, fiel servidor de sus broncos mandatos, siempre echando una mano en la ardua y pausada tarea, que no es de un día sino de muchos, de desnudar frondas y hojas de desconsolados árboles. Por lo demás, como los extremos se tocan, se diría que es una plácida primavera la que entre manos tenemos, que si no sirviera para otra cosa, también se lo agradeceríamos por lo que a evitar gastos de calefacción, tan desmesurados y de un abuso que no tienen nombre, supone para el pueblo, para los pueblos de esta Andalucía y de esta España tan sufrida.

sábado, 7 de noviembre de 2015

UN VIENTECILLO QUE QUIERE SER VIENTO.


      Con este vientecillo que quiere ser viento y a veces lo logra, esta mañana, los árboles de nuestra Alameda se sacudían sus ramas como canes desprendiéndose del agua que imprevista les cae. Lo que echaban al aire, en  realidad, eran sus hojas más marchitas. Un espectáculo más de los muchos que nos brinda la naturaleza en otoño, porque si no ¿qué otra cosa podían ser esos nimios remolinos de hojas secas planeando y casi detenidas en el aire como si portaran alas? Y otro tanto, el rumor con algo de olas marítimas que producía el aire moviendo las encumbradas copas, como océano que se altera sin llegar a embravecerse, Y todo iluminado con un brocado de cenefas de colores en transición: verdes que ya no son verdes, sino gualdas, pero que tampoco son amarillos sino una mezcla de hermosos matices en la que brincan mil tonalidades, de difícil definición. Un dosel de frondas que poco a poco se rinde, pero que aún, antes de desaparecer y dejar ver el cielo a través de sus ramas peladas, nos brindará más de un deleitoso rato. 

lunes, 2 de noviembre de 2015

TRONARES Y CAMINARES


      Si algo en verdad se añora en estos días, es el calor de los atardeceres, ahora tan fugitivos y presurosos como es el paso de esas bandadas de aves que, agrupadas en prietos vuelos buscan, más allá de nuestros lares, otro hogar para pasar el invierno. Entre la brevedad de la duración de la luz solar y la acumulación de nubes enlutadas que tapan las alturas, entre penumbras casi andamos.
         Con un noviembre que con ganas de alborotar ha entrado, anunciándose hosco a todo plan, con luminarias de rayos y tronares, ventarrones y agua alocada y vigorosa, tendremos que decir adiós a algunas cosas; esperemos que no definitivamente a los días placenteros y a la tibia dulzura de los caminares gozosos contemplando montañas y picachos que, a fuerza de verlos y de soñarlos,


ya son como si a tí, a tu alma, pertenecieran. No pide uno más a este mes, que tan hostil comenzó, que nos deje disfrutar de esos caminares y de esas contemplaciones, que tienen algo de místico arrebato.

domingo, 1 de noviembre de 2015

HASTA NOVIEMBRE HEMOS LLEGADO


     Hasta noviembre hemos llegado en el año. Todo un éxito para los más viejos, y un mes que llama a reflexionar a los de menos edad y a detenerse en las cualidades y tradiciones de aquél, entre las más antiguas las del homenaje a los muertos, arteramente en algunos de nosotros porque en vida poco caso les prestamos.
       Aunque en su representación, la de noviembre, surja un cuerno de la abundancia, lo cierto es que este no es todavía más que una promesa de frutos y fertilidad futura. En lo que sí abunda el mes con harta prodigalidad y expresiva belleza, es en la explosión unánime de cromáticos esplendores, en un cubrir y tapar apabullante de las impurezas de la tierra, sobre todo las urbanas, con esa sonrosada alfombra del multicolor aparato de hojas desprendidas que fueron y ya no son, que vivieron sus días y ya no lo viven, pero que hasta agonizando nos dejan su particular y romántico adiós.