jueves, 18 de diciembre de 2014

ENGAÑOSO ALIENTO



     En estos momentos de tránsito del calendario, en que el año se adentra sin tapujos por senderos invernales, con el otoño, cumplido su ciclo, recogiendo bártulos, a veces, como hoy, el tiempo, el impredecible tiempo, nos regala dadivoso con un día glorioso; un benéfico respiro entre estación que desaparece y estación que llega; esplendoroso, pero engañoso aliento, porque muchos no vendrán así en los próximos meses, con estos brillos y luces y un sol amable luciendo sus dones, de los que hasta las escasas hojas que en los árboles permanecen parecen tomar una desconocida energía para no caer en la prosa del suelo.
     Bueno será, ahondar en ese filosófico estoicismo, compañero inseparable ya de nuestras idas y venidas, el mismo que nos llama a no ir más allá de lo que las horas nos van procurando y actuar de acuerdo con su cosecha. Por eso, ahora, dejémonos envolver por esta plácida atmósfera, y no pensar en el incierto azar que otras con harta seguridad traerán en su seno.


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