jueves, 11 de octubre de 2012

"EURILLOS", EN DIMINUTIVO, PARA NO ALARMAR EN DEMASÍA.




      Siempre ha sido una región la nuestra dominada por los diminutivos. Se trataba con ello, desde tiempos inmemoriales, de conceder a los apelativos usados, en especial cuando nos referíamos a los que identificaban a  miembros de la familia y a  amigos, con el giro, un aire de cariño y no una disminución en la escala de valores de la persona. Dentro de esa costumbre cabe entender los "Juanillos", "Paquitos", "Pepitas" o tantos otros, sin olvidar al genérico "chiquillo".

          Menos nos gusta, esa moda de muy reciente aparición, con que los que nos cobran un trabajo realizado, aluden a su precio total y a la moneda en diminutivo: "eurillos". Son, 20, 30, 50, 100 ó 200 "eurillos". Con la expresión se trata de no alarmar en lo que exigen a nuestra economía, a nuestra cartera, que sin duda es más de lo justo, de lo que debiera. Aceptemos el nombre de "eurillos", para cantidades menores, 2, 3, o 5; no para más. Ganar 20, 30, 50 euros, o más, por supuesto,  cuesta mucho hoy en día, si es que se tiene la suerte de ganarlos, como para devaluarlos de esa manera tan trivial e interesada. 

          
          
  

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