Entre descarados soles y temores de si afectará a nuestra economía cotidiana los recortes de un Gobierno que acaba de estrenar mandato al igual que medidas de aúpa, se nos escapa el 2011. Luces y sombras, como en todo, acompañando, muy estrechamente, a nuestra travesía mundana y dando el carpetazo, a su vez, a todo un año, del que cada uno tendrá su historia que contar o recordar, buena o mala; o, más bien, buena y mala, por eso de las luces y sombras, presentes en todo momento en nuestras vidas.
Más allá de fortunas o desventuras por las que anduvimos, en ese espacio temporal que acaba hoy, con inmejorable semblante nos preparamos esta tarde noche a dar la bienvenida al que llega. Una incógnita lo que a cada cual el novísimo que espera ansioso nos deparará y que poco hará cambiar el signo de nuestros deseos. Ojalá, todos amigos y, por qué no, enemigos, recorramos de la mano el más venturoso de los caminos.
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