jueves, 29 de marzo de 2012

INDECISA ANDA LA MAÑANA


        Indecisa anda la mañana de este marzo que finiquita, midiendo sus fuerzas con el gris de los cielos antes de tomar una determinación por dónde seguir. Algo así como la marcha de la huelga, a la que en las pequeñas ciudades pocos toman en serio, como si nada; y no porque la gente no entienda la sinrazón en que están instalados los Gobiernos, con medidas drásticas que sólo atañen a la economía de los débiles y pocas veces a la integridad de sus privilegios, enormes si comparamos con los escasos que gozan los más pobres, a los que, como en cualquier tiempo, se les fustiga con saña pidiéndoles más y más.
          Cuando se levantan las banderas del descontento, siempre es por algo; pero el aviso ahí queda, tan indeciso como la mañana de hoy, como las enseñas, ondeando al aire, muy sugerentes y prometedoras,  pero sin agobiar ni llamar la atención de los grandes despachos ministeriales, ni a sus ocupantes; salidas y excusas hay para todo, que en esto poco ha cambiado el mundo, ni, desde luego, los que lo manejan.

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