domingo, 19 de febrero de 2012

PARA TRINI



     La vida nos da y nos quita. Nos premia y nos castiga. A veces con justicia, otras sin ella. Fue un castigo a nuestra sensibilidad, tu muerte. Un regalo permanente tu presencia en nuestro hogar. Quince años fugaces, como el vuelo de un gorrión novato. Mayor duración, intensidad y refugio tendrá tu recuerdo en nuestro corazón. Queremos creer  e ilusionarnos con que habrá un lugar, uno sin medidas de tiempo y sin muertes, en que todos nos encontremos otra vez. De ser así, no nos falte. Será un alivio, como tantas veces, tu ronroneo, tu pelo sedoso, tus ojos celestes y tu calor, el de tu cuerpo y el de tu cariño. 

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