domingo, 17 de noviembre de 2019


SE CUMPLEN 106 AÑOS DE LA MUERTE DE UNA RONDEÑA DE EXCELSA FAMA


La reciente noticia, recogida por un diario de Málaga, informando de que allí se llevaba a cabo unos actos, con exposición incluida, para llamar la atención sobre una figura nativa en olvido del teatro español, Rosario Pino, nos indujo a escribir un artículo, y con más empeño este, para sostener que otra de su profesión gozó de idéntica fama, cuando no, nos atreveríamos a decir, mayor, en los escenarios de la época.
            Trastocando los términos de su historia, y comenzando por su muerte, el diario ABC de 9 de noviembre de 1913 (esto es, que el pasado sábado, se cumplieron 106 años de su muerte) escribía su necrológica con el encabezamiento: Muerte de una artista. MATILDE RODRÍGUEZ, de la que entresacamos estos renglones: “Baste decir, y al decirlo no hacemos más que interpretar el juicio unánime de la opinión y de la crítica, que con su muerte hemos perdido la primera y más grande de las actrices cómicas del teatro español”.
            ¿Exageraba el anónimo redactor de la necrológica? Muy al contrario, más bien se quedaba corto en sus apreciaciones sobre las aptitudes escénicas de la rondeña, pues no solo como actriz cómica, sino igualmente dramática, su vena artística relució y enamoró a los espectadores que llenaron los teatros para verla actuar.
            Una clara ventaja, además, sostuvo sobre sus competidoras, la de llevar el teatro en la sangre, fluyendo en abundancia, pues para sus padres, Catalina Larripa y J. Rodríguez, también supuso aquel sustento y pasión permanente, llevándolo por los pueblos más apartados, preferentemente andaluces. Una figura por estudiar, la de Catalina, que es admisible  fuera natural de Ronda, o de un pueblo de la Serranía. A ella se le deben, también, la autoría de tres dramas en verso, cuyos manuscritos se conservan en la Biblioteca Nacional: La Peña de los Enamorados, Hoy es día de la Cruz y Toma de Tetuán, que ella misma y su marido representaban.
            Con esos valores artísticos heredados, no es extraño que, Matilde, que  había nacido en 1865, a temprana edad, siendo una niña, en 1869 representara en el teatro Cervantes de Sevilla,  el papel de tal, en el drama de Larra, Los lazos de la familia, con la que se conmemoraba el aniversario de la muerte de Julián Romea. Con 15 años, ya forma parte de la compañía de Victoriano Tamayo, actuando en capitales de provincia. Muerta Catalina y el padre enfermo, vive la familia sus peores momentos, siendo Matilde la encargada de sacarla adelante.
            Para que nada faltara a la carrera artística de la rondeña, establecida en Madrid desde 1880, contrae nupcias con el también actor José Rubio Laynez. Actuando en los teatros más conocidos de Madrid, representa obras de Pérez Galdós, los hermanos Quintero, Carlos Arniches, Gregorio Martínez Sierra o Benavente.
            En ese año de 1880, en una función a beneficio de los pobres de determinadas zonas de Madrid, ya que los había por doquier, junto a Dolores Abril, Balbina Valverde y Julián Romea, Matilde, con idénticos merecimiento de primera dama, inaugura el histórico teatro Lara. En la “preciosa bombonera”, como luego algún crítico lo denominaría, con la presencia en el palco real de Isabel de Borbón, la chata (princesa de Asturias entonces, aunque por poco tiempo) representarían ese elenco de actores dos obras: Un novio a pedir de boca de Bretón de los Herreros y La ocasión la pintan calva, de Ramón Carrión y Vital Alza, a decir de la prensa especializada con clamoroso éxito.
            No seria ese el único teatro que inaugurara, ya que en 1892, con su esposo como actor y empresario de la Compañía del teatro Lara, de la que es asimismo director, de gira por Andalucía, estrena el teatro Colón de Granada.
            Los interesados en su biografía, puede ver más datos en el libro, de un servidor, de inminente aparición, Viajeros de habla hispana por Ronda y su Serranía. Desde el siglo XV hasta nuestros días, que publica la editorial de la Serranía.
            Añadiríamos, que, sería de desear, que la figura de esta rondeña excepcional diera un nuevo estímulo a esas representaciones teatrales, que se realizan en nuestra ciudad, dando a conocer literatos y personajes insignes que mucho tuvieron que ver con ella. Y aunque el éxito, creo, les acompaña, mi mejor ánimo para su cultural labor y para que el teatro siga estando presente entre nosotros.

            RONDA SEMANAL


No hay comentarios:

Publicar un comentario