¡Llueve! Queremos decir, que no son cuatro miserias de limosnas de gotas, sino que vierten agua los cielos con generosidad y con ánimo de continuar, desde hace ocho completas horas. Al amor de las comodidades del hogar, hemos vuelto a recuperar la atmósfera de días de antaño, cuando no era una noticia lo que ahora sí lo es, porque no hay líquido que la sustituya y malo será si alguna vez para su uso, habría que pagar lo que no está escrito. Por si esa fatalidad llegara, disfrutemos ahora del sonido de su chisporroteo en los cristales, de sus charcos, de sus cielos encapotados y de las calles, haciendo correr a sus pequeños arroyos. Un espectáculo, y cada vez más, por lo escaso y una oportunidad que ni pintada para no hablar de gobiernos, defraudadores o crímenes de lesa majestad, que eso si que no hay día que empapados de ellos no venga.
No hay comentarios:
Publicar un comentario