domingo, 18 de octubre de 2015

POR SI NO NOS ACORDÁBAMOS



      Domingo y llueve. El tiempo se alborota. Pero no es del todo cierto. Estas aguas de octubre caen con un meditado ritmo, con calculada armonía, ni más ni menos que como brotan las notas de una melodía, con pausas y redobles de instrumentos cuando aquellas huyen, con delicado fluir de pequeñas sonoridades, casi suspiros, en ocasiones, con tumulto de heroicas trompetas de combates en liza cuando el chaparrón se desmelena. De todo ese amago sin querer ir mucho más allá de la naturaleza, de no ofender a nadie, sí que queda huella en el suelo, todavía poco hollado de pisadas: rosadas naranjas que el vientecillo traslada de un lugar a otro, pétalos de rosas, amarillas, carmesí, celestes de otras flores trepadoras, y, por ende, un firmamento de jazmines, como telúricas estrellas. Es otoño, por si no nos acordábamos.


No hay comentarios:

Publicar un comentario