sábado, 28 de abril de 2012

EL RUIDO DE LA LLUVIA DE MADRUGADA




           Lluviosa amanece la mañana. Con un gozo infinito, de madrugada, en la duermevela de una noche  sin ruidos, hemos oído tamborilear a ratos el sonido del agua, más que azotando, acariciando los cristales de la ventana, como si llamara al día. No han sido miles las lluvias que nos ha dejado Abril este año, sino apenas pizcas de ellas, por eso a esta que cae esta mañana, que no es ruidosa ni es abundante tampoco, hemos de darle la bienvenida, porque un poco vendrá a mitigar males del campo y de su gente, bailando desde ancestrales tiempos con la más ingrata y mal pagada de las tareas.
           Por lo demás, ahora mismo, la mañana tiene su magia, con un gris aprisionado en las nubes, que entre negruras, de vez en vez, dejan vislumbrar un pequeño atisbo de cielo, de sierra, de una primavera que está en la calle, porque también la lluvia forma parte primordial de esta estación, y malo es, que si no lo hace,  sería una de las peores maldiciones bíblicas. 

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