Un alivio la sonrisa del tiempo, con ambiente de fiesta en la naturaleza por donde quiera que se mire, y un renacer que da gusto ver. Se alejaron los días lluviosos y los fríos molestos y advenedizos, hay sol que hasta agobia un poco, pero del que después de lo pasado no es justo quejarse. Con otro gran suspiro de alivio, hemos apagado los radiadores de la calefacción, los mismos que a tanta gente atormenta en los días crudos, porque encenderlos es dejarse parte del sueldo o de la pensión en manos de los mismos de siempre, los que en consejos de administración, en juntas y demás, con otros cargos de los muchos que tienen, a tanta gente empobrece. Así marcha el país y así marchará mientras no corran otros aires y gentes más dignas los sustituyan, si es que alguna vez ocurre tal realidad.
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