miércoles, 17 de mayo de 2017

          HOSPITALES Y ESPERAS


       El nuevo hospital, de muy reciente inauguración, con sus amplios pasillos, raudales de luz, asientos bien estructurado, escaleras mecánicas, en constante funcionamiento, y un paisaje de colinas y olivos y encinas gateando por ellas, se diría semejante a las salas de espera de un abarrotado aeropuerto, con un corto trayecto pendiente del rugido de los altavoces para alcanzar los aviones, sin que haya que despejar ninguna incógnita para un destino que todo el mundo conoce de antemano, porque lo que se busca son horizontes ahítos de monumentos, del aire nuevo que impregna a países desconocidos, o a los que se vuelve ilusionaron cuando se visitaron por vez primera. 
            Pero no es ahí donde estamos y sí que existe aquí, sin alas que nos transporten a ningún paraíso soñado, una angustiosa incógnita por desvelar, detrás de esa puerta de azulados tonos, impecable, de redondos y altos ojos y límpido cristal, en la que se espera entrar para recibir en pleno rostro, el resplandor o zarpazo un diagnóstico que alivie la desazón hasta convertirla en un apagado recuerdo, o la aumente para no dejarnos ya nunca más.

miércoles, 10 de mayo de 2017

       APACIGUANDO INSOMNIOS

      A veces el pragmatismo ofrece alternativas extrañas, en las que se mezclan los achaques de una valetudinaria edad y el ansia, por el avance desaforado de esta, del que la sufre, de sacarle partido al más nimio bostezo del tiempo. Y es lo que uno hace tratando de darle sentido a la cotidiana bofetada del insomnio; a ese particular desperezo del despertador sin manillas ni voz, que irremediablemente te avisa sin que tú lo hayas elegido que son las cuatro, las cinco de una madrugada silenciosa, pacífica, pero interminable, y que ya es hora de espabilar. 
      El lecho no ese entonces una maternal y acogedora matriz. sino una suerte de celda de la que al menor descuido del carcelero, que es la próvida mente, lo mejor es huir a todo correr; no muy lejos, ni tampoco con otras pretensiones que no sean las de hacer algo formal para compensar la nada en la que estando despierto te había invadido la cama, dandole vueltas y más vueltas a lo que, pocas, sensatamente tienen. Leer o emborronar papeles entonces, con el mismo silencio de antes, pero ya siendo tu fiel acompañante y no un rival. Es ya otro escenario más benigno, como palpar algo que no existe, pero que pudiera existir, como esa deslucida pero creciente luz de amanecida que comienza a entrar, para no irse.



miércoles, 3 de mayo de 2017

         UN VIENTO QUE NO CESA, PERO ILUSIONA

      No ceja la primavera en un avance que no es más que descarada invasión de embalsamadas brisas, tupidas frondas, pobladas ramas, gorjeos de canoras aves, zumbidos de gruesos insectos y multitud de flores. Con similar tozudez, se resiste a abandonarnos ese viento que empeñado anda desde hace meses, en un reinado de nunca acabar, en mostrarnos su variedad de registros, desde los más nimios e imperceptibles hasta los más furiosos, esos que insistentemente suelen altera nuestro sistema nervioso y sacar a la luz dolencias y malestares que, aunque hay estaban, desapercibidos pasaban, como si a otros pertenecieran y no a nuestra debilidad naturaleza.
          A este viento que, para no desentonar con sus precedentes hermanos, sopla hoy, hay que agradecerle tanto que no muestre las voracidades de otros días, en los que no dejaba títeres con cabeza, como que ese animado mural de sedosas flores que en agolpan en tiestos, balcones, cierros, ventanas, paredes y, con más propiedad en cuidados jardines, no sea una estampa hierática, inmóvil, sino mirífica sensación de vida, abriendo capullos a los que en raudo viaje tornasola, convierte en abiertas y luminosas estrellas y, aun, tiene agallas para esparcir sus pétalos por tierra. Una delicia, ahora que la siembra del azahar por los suelos llegó a su término, hollar siempre floridos caminos, que no otra cosa son ahora las aceras y un poco menos la calzada.


lunes, 1 de mayo de 2017

       AL SOCAIRE DE CERVANTES Y DE LA LETRA IMPRESA

      Con la primavera ya cuajada, su brillo y magia en el aire y el esplendor primero de brotes y hojas acariciando el moroso transcurrir de las horas, advino, asimismo, la cita con los libros y su feria. Fuera ya de la ilusión que en nosotros provoca esa acumulación ordenada de volúmenes y de su colorido y de la mirada curiosa o ávida con que los hipotéticos lectores los saluda, con el mismo ánimo de pasados años pusimos nuestro grano de arena; uno más, podemos, con toda la humildad del mundo, decir. No con la intención, desde luego, de pasar a la historia de las letras, ¡qué locura! y sí de , en unos tiempos tan infaustos para la cultura, y en los que tan poco se lee, tratar de de atraer la atención sobre las páginas de los libros. 
      Acudimos para ello a husmear en los predios serranos de las leyendas, pertenecientes a una ciudad a la que su más evocador calificativo es la de legendaria. Apropiado nos pareció, porque se daba la circunstancia añadida de que escaso había escrito que hiciera referencia a esa corriente popular que alimenta y en la que aletea la leyenda. Larga vida, no por ser nuestro sino por ser libro para leer, le deseamos y que muchas miradas inunden sus páginas.